emos retrocedido 55 años de golpe. En 1965 unas cuantas familias que querían escolarizar a sus hijas e hijos en euskera se unieron y, con apenas 12 alumnos, pusieron en marcha Uxue Ikastola, la primera escuela euskaldún de Pamplona situada en la calle Pozoblanco. Hoy, en pleno 2020, otro grupo de familias está organizando a modo de cooperativa autofinanciada una Herri Haur Eskola (escuela infantil popular) que pueda atender el curso que viene a los niños y niñas de 0 a 3 años que se queden sin sitio en las escuelas públicas de Pamplona por la actitud antieuskaldún del actual Ayuntamiento, con la complicidad del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. Se pretende que esta escuela sea una medida temporal mientras se reorganiza el sistema público para que pueda adecuar su oferta de plazas a la demanda real. Esperemos que no se convierta en provisional para siempre.

Ayer cientos de personas se manifestaron en la capital navarra reclamando respeto para el euskera y los derechos de la ciudadanía, aunque mucha gente ni se habrá enterado por el boicot sistemático de algunos medios de comunicación locales a este tipo de reivindicaciones. Muchos navarros tampoco se estarán enterando de que en Mendigorria hay 11 familias que están pidiendo que se abra una línea de euskera en su escuela y que el consejero Gimeno no les está haciendo ni caso. Prefiere cerrar la escuela y mandar a los niños a Puente, que mantenerla abierta con el modelo en euskera. Lo mismo que hicieron en Mañeru y Cirauqui. Una solución cruel, contraria a la lógica y económicamente bastante más cara. No sé, pero eso de que después del coronavirus íbamos a aprender a ver el mundo de otra manera, que íbamos a apreciar más lo cercano y bla, bla, bla€