alguien está pagando. Alguien está poniendo pasta para que regrese el fascismo. Alguien está poniendo mucha pasta para instaurar el fascismo del siglo XXI en el mundo. Ya no estamos en el siglo XX, ya no podemos seguir soñando con que los buenos ganen. Los que han ganado siempre (y cuando digo siempre quiero decir siempre) son los de la pasta. Y tiene su lógica, claro. ¿Quién posee los medios? En fin. Ahora (y cuando digo ahora me refiero a los últimos diez o quince años) se está viendo con mucha claridad. Alguien (y ojo, ese alguien no es un alguien cualquiera sino, por supuesto, un Alguien de cuidado) está poniendo mucha mucha pasta para que este neofascismo de nueva estética, sin uniformes paramilitares y hablando de democracia para los oídos incautos, se extienda por todo el planeta. ¿Has echado un vistazo? Fíjate: en todas las distopías futuristas (tanto literarias como cinematográficas) que se han imaginado en los últimos 70 años, se presentan siempre sociedades gobernadas por poderes de carácter pseudofascista. Cuando yo era más ingenuo (tampoco hace tanto), me costaba creer que eso pudiera llegar a ser posible. La humanidad tenderá siempre a la conquista de nuevas libertades y derechos, me decía a mí mismo con cándido entusiasmo juvenil. Sin embargo, ahora tiendo a pensar que las libertades y derechos que perdamos hoy ya nos las recuperaremos nunca. Creo que el mundo, en efecto, se está rediseñando constantemente para que los Alguien’s lo controlen todo. A veces tenemos la sensación de que al votar elegimos. Qué ingenuidad tan fanática. Votamos lo que los Alguien’s quieren que votemos para que gobiernen los personajes que ellos mismos han diseñado y maquillado. Y encima pensamos que somos libres, que somos listos y que optamos por lo mejor. Lo peor de todo, lo más descorazonador, es tener que ver lo fácil que les resulta siempre ganar a este juego.