Suena un poco a personaje de cuento latinoamericano, mexicano quizá. Vamos allá. La galla Socas se levantó brava aquella mañana. Sabía que en el ring tendría que darlo todo, sus contrincantes no iban a ser ni fáciles ni amables. Nunca lo eran y a ella eso no la amilanaba. Al contrario. Pinches cabrones. Sabían muy bien cuál era su público y para él componían su postura de machitos de vuelta, resabidos y echaos p alante. Mucha calle y mucha pose. Y si no las tienes, las aparentas, que de eso va también la vaina. Actitud. Viserita y pantalón bajao. La galla, vaquero y sudadera, no era de pasar arreglándose la vida entera. Cogió su micro y subió al escenario. Tenía, con Rapder, pelea de gallos.

RAPDER

Las mujeres más hermosas son de donde yo nací. Agradezco al que está arriba, camarada, otro día sin poder cogerme a Sara.

SARA SOCAS

¿Que las hermosas están en tu país? Entonces ¿por qué coño las estáis dejando morir? ¿Porque sólo os fijáis en la belleza? ¡No os fijáis en lo que hay dentro de su cabeza y las tratáis como si fueran la milanesa ! Mejor que leerlo es escucharlo y verlo. Las peleas de gallos son puro espectáculo, duelos verbales de ingenio, rapidez y métrica improvisada entre raperos. Casi siempre con o, pocas chicas. Esta se ejecutó el pasado diciembre. Ciudad de México. En abril el país batía su récord de los últimos cinco años. 267 homicidios de mujeres en 30 días. Sara Socas no es un personaje de cuento latinoamericano. Es universitaria, rapera y canaria. Puro power. Me he acordado de ella porque el alumnado de Secundaria y Bachillerato también ha vuelto a las aulas y ya ves por ahí gallitos reencontrándose con compañeras de clase. Alguno, recuperando roles prepandemia. Roles muy viejos. Si fuera profesora de Lengua castellana y Literatura, de Valores Éticos o de Filosofía valoraría incluir este tipo de materia en el temario.

No hablo de mujeres ni hablo de mi cuerpo, hablan tus palabras de tu falta de talento.