Las célebres Empanadillas de Móstoles han abierto una franquicia en la cuesta de Santo Domingo. El consejero socialista de Educación -quizá asesorado en colocación y promoción de parientes por la alcaldesa de su partido en Móstoles- adjudicó a su cuñada un puesto de auxiliar en su gabinete, donde se ponen a dedo tres o cuatro puestos de libre designación. Es legal, la ética está desaparecida de la política, pero no es estético. Una torpeza de la que Carlos Gimeno hizo partícipes a la presidenta Chivite y al secretario de organización del PSN. Lo ha publicitado y les ha implicado. No tendría muy limpia su conciencia cuando consultó, o al menos comunicó, un nombramiento de tan escasa relevancia. Ambos altos cargos le dieron su aval. El nepotismo -desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos- es vicio extendido. Amor al próximo. Sea en la Administración o en organismos relacionados, como la Corporación Pública Empresarial de Navarra que llegó a parecer un libro de familia. La configuración de la actual estructura administrativa ya arrastraba la polémica y la mala imagen del incremento del número de consejerías (de 9 a 13) y de direcciones generales (de 22 a 32) para atender en proporción a cada partido del cuatripartito. “La alianza está cerrada, todos sacamos tajada”, podría haber sido el lema de la negociación. Este detalle afea más aquel exceso. Según el departamento, la cuñada es licenciada en Criminología por la Universidad de Alicante y experta en Seguridad por la de Salamanca, además de disponer del Grado Superior de Integración Social. Pues, ni tan mal. Con los dos primeros títulos podrá asesorar ante la preocupante violencia escolar. Con el otro ayudará a integrar en la diversidad, e incluso igual consigue que lo haga la enseñanza concertada. Las quejas de la derecha no tienen sentido. Puro cinismo. Siempre ha sido de cuidar a la familia y a su gente. Navarra Suma dietas.