staba a punto de ciclo con mi ropa sanferminera: lavadora, secadora, plancha. Un envío municipal buzoneado me hizo devolverla al armario. Nunca agradeceré bastante al alcalde Maya que, mediante un cartón rojo con forma de pañuelo de Fiestas, ayudara a mi acartonada memoria: "Recuerda, este año NO HAY Sanfermines". El diseño tipográfico, contribución a la comprensión lectora. El confinamiento abotargó neuronas. #LosViviremos, reconforta el mensaje principal en blanco sobre rojo. #BizikoDigutu, reitera en caracteres de letra más pequeños. ¿Estamos tontos o qué? ¿Era necesaria una campaña de buzoneo y la edición de vídeos y la campaña mediática para recordar un año SinSanfermines? ¿Eran necesarias "propuestas de entretenimiento" telemáticas, herramientas informáticas para "mantener el espíritu sanferminero de una manera divertida y segura"? La televisión autonómica pseudo-oficial y la televisión de la Conferencia Episcopal difundieron la misa de San Fermín. La televisión pública española se presta a la difusión de encierros, a petición del Ayuntamiento. Gastos innecesarios. ¿Y ese pañuelo gigante desplegado a la hora del chupinazo en la fachada barroca de la Casa Consistorial, con el euskera entre las lenguas extranjeras? Dejemos la fiesta en paz, que cualquiera la entiende inapropiada en esta grave coyuntura sanitaria. También el día 8, viejo aniversario pendiente de justicia, con doble cita presencial en el monolito. Cada cofradía venera a sus mártires. Tranquilidad, que no se olvidan. Ni las fiestas ni las deudas. Tampoco se puede garantizar que #LosViviremos de la misma manera en sus actos y costumbres. No sabemos en qué año podremos hacerlo, aunque un exceso de deseo nos augure los de 2021 como "mejores que nunca". Si se hunde el mundo que se hunda, Sanfermines siempre p alante. Tarea para una sociedad infantilizada: escribir 204 veces como 204 son las horas de fiesta "Este año NO HAY Sanfermines". Y con buena caligrafía.