O sea que la estrella de la fiesta del próximo domingo va a ser Fernando Savater. El sagaz padrino de la breve y fracasada boda entre Mayor Oreja y Nicolás Redondo junior, allá, a comienzos de siglo. El firmante del manifiesto contra la Ley de la Memoria Histórica, este mismo año. Muy mal, Albert. Altsasu no se merecía esto. Puestos a llevar a alguien del mundillo literario, qué menos que a un número uno. ¿Qué sarao tiene Vargas Llosa este fin de semana? ¿Qué party en Miami, qué homenaje en Londres, qué recepción en Madrid, que le impide estar en el cartel de la cita estrella de la gira del año? ¿Y Marta Sánchez? Albert, vas a privar al público altsasuarra -ése, que tanto te quiere y al que tanto debes-? de la voz de Marta de España? ¿Quién les va a poner la carne de gallina y los pelos como escarpias al escuchar el Himno de su boca? ¿No van a poder, ellos y ellas también, dar gracias a Dios “por haber nacido aquí”? Fatal, Albert. Altsasu no es un bolo más de “España Ciudadana”. Es la madre de todos los bolos. El acontecimiento político-festivo del año, la mayor reunión de necrófagos de la temporada. Mira a Santiago Abascal. No ha querido perderse la romería. Ya sé que no tenía invitación, que será como el primo jetas que se apunta a última hora. Gorroneará costillas y protagonismo. Va de sobrao, pero qué quieres, Albert. Tampoco dice nada que no digas o sugieras tú. Lo mismo pasa con Ana Beltrán, otra autoinvitada. Ella también estará el domingo en Altsasu, representando al PP. Ana nunca defrauda, he ganado una apuesta con ello. Aunque tampoco era difícil. La zaragozana es como el perro de Pavlov. Ve la rojigualda y empieza a segregar saliva. No te preocupes por ella, Albert. Animará mucho la verbena. Sólo la UPN de Esparza falta por dar su confirmación a la foto de familia. ¿Qué son esos remilgos a estas alturas? Con lo que te va la marcha, Javier. ¿De verdad que te lo vas a perder?