A las cosas bien hechas es más difícil darles la vuelta. Con las otras ocurre lo contrario. Una de las decisiones más torpes del cuatripartito de Asiron en el Ayuntamiento de Pamplona fue la forma en que, el año 2016, se extendió el modelo en euskera en las Escuelas Infantiles dependientes del Consistorio. No por el fondo ?los sucesivos ayuntamientos de UPN venían haciendo oídos sordos a las protestas por la insuficiente dotación de plazas en lengua vasca?, sino por la forma ?no se dio opción a que los alumnos de castellano acabaran el ciclo en el lugar que comenzaron?. A los que todavía piensan que los problemas del euskera se solucionarán por el método de por cojones les pareció muy bien, pero el asunto acabó resultando una pésima operación de relaciones públicas. Los tribunales, además, acabaron dando la razón a los progenitores afectados con lo que, encima, Navarra Suma se podía ayer permitir el lujo de sacar pecho al anunciar la vuelta del castellano a tres escuelas infantiles de Pamplona en nombre de la "ética" y la legalidad. En uno de los tres centros afectados coexistirán los dos modelos. En los otros dos, el cambio supondrá el fin de la línea de euskera abierta por Asiron, aunque su extinción se haga de forma gradual, para "no generar la indefensión que tuvieron las familias de los menores escolarizados en esos centros en 2016". Son vascofóbos, pero no tontos. Maya aseguraba ayer que así se vuelve a la "normalidad" en las escuelas infantiles pamplonesas. Lo normal, para UPN, es que el alcalde sea Maya y que el euskera sea poco más que testimonial en sus instituciones. Dice ahora que harán un estudio para conocer la demanda real, ese que nunca quisieron hacer en sus años de mandato. Por de pronto, la decisión de eliminar el euskera de las citadas escuelas se ha tomado sin mediar estudio alguno. Y la mejor prueba de su demanda es que las aulas de estos centros han estado llenas estos años.