Era previsible que llegase el día en el que no encontrara tema para la columna y justo ahora, a punto de cumplir 150 domingos en esta esquina, me he quedado sin ideas. Llevo horas dándole vueltas al asunto y nada porque, en realidad, tampoco es para tanto que cientos de estudiantes navarros continúen sin alguno de sus profesores más de un mes después de iniciado el curso y que hayan aumentado las listas de espera en algunas especialidades sanitarias. Si lo piensas, aquí es normal que los redactores de Skolae tuvieran que volver a declarar ante la Justicia sólo unas horas antes de que este programa educativo recibiera un premio de la UNESCO y que el Supremo mantenga unas desproporcionadas penas para los condenados por el caso Altsasu. En esta línea, no debiera sorprendernos que otro juzgado confirme que la ley foral vigente impide la devolución del IRPF a las madres que así lo reclamaban porque la norma excluyó de forma consciente esa pretensión y, frente a lo que se aplica en otras comunidades, Navarra disfruta de autonomía tributaria. Lo dicho, una semana sin noticias de relevancia más allá de la simpática foto del líder del PP, junto al de UPN, asomados al balcón del Ayuntamiento de Pamplona con el gesto de aquellos que sueñan tirar el txupinazo.