Esta semana, previa a la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia a las Mujeres, ha tenido también su ración de noticias que chocan de bruces con los postulados de dicha jornada y hacen parecer imprescindibles las concentraciones, marchas y paros estudiantiles convocados mañana, así como cualquier lucha y esfuerzo de movilización.

Empiezo recordando que durante el presente año y hasta septiembre las denuncias por violencia machista han crecido en Navarra un 8%, lo que viene a ser casi cuatro al día. Una barbaridad, como lo fue en su momento el caso de La Manada y ahora a dos de sus integrantes les han caído otros tres años de cárcel por grabar vídeos de aquella violación en los Sanfermines de 2016. Pero es que además, cuatro de esos tipejos han estado de nuevo en el banquillo de los acusados, enfrentándose a otros seis años de prisión por abusar de otra mujer en Córdoba. En el culmen de este aterrador repaso, hace unos días supimos que un programa de televisión obligó a una de sus concursantes a ver imágenes de una presunta agresión sexual contra ella estando inconsciente y, encima, le pidieron que el tema no se hiciera público. El límite de lo tolerable pasa por imaginar que, si hubo testigos de aquel delito, nada hicieron para pararlo.