Con la reforma fiscal patas arriba, el conflicto de Catalunya en su apogeo, los de Bankia tirando de tarjeta con más alegría que el trencilla Andujar Oliver en sus buenos tiempos, el PAI descosido, el paro por la nubes, la sanidad pública por los suelos.... va y el jueves un consejero, sus asesores y media docena de parlamentarios pasan la hora de la siesta hablando de piojos. Ahí es nada. ¿El mérito? De una parlamentaria el PPN que, por lo que se ve, aplicó esa idea de llevar a la Cámara cosas que de verdad interesan a los ciudadanos... Y ojo, que eso nadie lo duda. Que se lo digan sino a cualquier familia. Esto de la pediculosis -que así se llama- duró sólo 30 minutos y 17 segundos de comisión parlamentaria en la vida real, pero pudiera haber dado para toda una tarde de sesión virtual de política ficción. Si el lector nos deja esta licencia humorística, le contamos aquí la crónica de lo que no fue, pero pudo haber sido, esta sesión en la Pediculandia foral. Sonaría así: “El consejero de Educación alertó a los grupos de una invasión de bichitos que inoculan a los niños navarros el virus de querer ver los dibujos animados de la ETB mientras se rascan y se contagian de vasquitis. Eso sí, puestos a comparar, señaló que los alumnos navarros tienen (ver PISA) el doble de piojos en la cabeza que otras autonomías. Desde las filas socialistas se incidió en la necesidad de repartir esos insectos entre red pública y privada, aunque remitieron su postura más de fondo a la próxima intervención de su líder nacional en La Noria. El plural sector abertzale de la Cámara abundó en el derecho a la autodeterminación de la comunidad educativa de manera que fuera cada claustro quien decidiera si este año se quiere tener piojos o no, aunque hubo posturas más radicales que apostaban por independizarse ya de un “país lleno de parásitos”. La bancada de la izquierda pidió más tiempo para la reflexión de cara a una transformación social y, sin olvidar la autocrítica, adelantó que no aceptaría más deshaucios capilares, ya que cada liendre tiene derecho a una cabeza. La pena fue que Podemos sea extraparlamentario ya que seguramente, desde su círculo de peluqueros/as, hubiera criticado a los partidos de la caspa”. Un poco de por favor.
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