La alternativa probable
en el tramo final de esta legislatura eterna, por lo infructuoso de un Gobierno un tanto macilento y más que zote en departamentos clave, vuelven a soplar vientos de cambio por el extendido hastío ante los rigores del regionalismo hegemónico, aun en su minoría mayoritaria, durante casi 25 años. Sin embargo, que la tan ansiada alternativa cuaje en 2015 va a precisar, además obviamente de votos, de una ingente dosis de pragmatismo político y de generosidad personal. Desde la premisa de que la deficiente ejecutoria de Barcina -sumada a la codicia demostrada dándose de alta en la UPNA sin trabajar, subiéndose el salario o cobrando sobresueldos secretos en Can- le va a costar varios escaños a UPN aunque continúe como primer partido en sufragios, el acuerdo para desalojarla de Palacio deberá concitar en principio una entente de mínimos entre EH-Bildu, Geroa Bai, PSN, I-E y Podemos. Un pacto para un Ejecutivo necesariamente más solvente que cualesquiera de los que han regido hasta ahora los destinos de esta Comunidad, tanto por el reto de convertir la pluralidad en un valor de gobierno como por la herencia recibida. Y eso al margen de quien eventualmente presida ese Gabinete multicolor, ponderando su capacidad y su destreza para amalgamar a diferentes, y de quienes lo integren o lo apoyen desde fuera con un programa coherente y sin maximalismos en aras a la regeneración democrática como bien superior. Nada sencilla la empresa como puede advertirse, más habida cuenta de los antecedentes del mismo PSOE al que la derechona volverá a exigir el sostenimiento del régimen, siquiera abstención mediante, si el PSN alcanza con UPN -solo o en compañía del PP de hollar el 3% del voto- la mayoría absoluta de 26 escaños. Más allá de la natural y sana discrepancia entre siglas, los llamados a cambiar el curso de la historia en Navarra debieran comenzar ya a tejer complicidades, con la actualización de la ley del euskera para extenderlo en función de la demanda o la génesis de una reforma fiscal verdaderamente progresiva como laboratorio inmediato de pruebas.