¿Una salida para el callejón?
El 11 de noviembre salía un artículo titulado “OPE + PAI= callejón sin salida”. Con la materia bruta tan sensible como las oposiciones y las lenguas; el gatillazo de salida de un Gobierno en rodaje; la complejidad añadida de su sustento cuatripartito; y el reloj en contra... Tres meses después el callejón se ha estrechado. Sin embargo, sí que puede haber una salida. Con pactos y tiempos. El acuerdo tiene dos niveles posibles. El primero, sobre el cuándo, el qué y el cómo de la OPE. El segundo -un piso más arriba- mira a la propia estabilidad del Ejecutivo y del cambio. Lograr el consenso de todos los partidos (incluida la oposición) y los sindicatos es deseable en temas de interés común como la educación, pero imposible en la práctica. El acuerdo viable e imprescindible debería ser entre las cuatro siglas del cambio. Y tendrían dos opciones. O hay un acuerdo sobre la OPE o acuerdan cómo gestionar el desacuerdo dándose la libertad de criticar o no compartir la decisión (la que sea) que debe tomar el Gobierno ya, pero sin torpedearla desde el Parlamento. Lo primero es política educativa. Lo segundo, política sin adjetivos. En ambos casos, acordar consiste en ceder para ganar todos, confiando en el otro. Saltándonos los preliminares, el punto G de encuentro podría estar en esta fórmula: oposiciones en junio con las 320 plazas previstas, (I-E y Podemos retiran sus propuestas de “reequilibrio”) sin listas únicas (EH Bildu renuncia a algo justo, pero verde) y con el compromiso formal de Geroa Bai (mueve por fin ficha) ante los no nacionalistas de impulsar otra OPE en dos años con primacía del inglés y castellano, avalada, eso sí, por la realidad y por otro informe técnico, una vez despejado el obstáculo legal del C 1 y revisado el PAI. El número de horas de inglés en Infantil es determinante para calcular el porcentaje de plazas por idioma (además de jubilaciones, etc...). Una rebaja en las sesiones -aconsejada por muchos expertos- haría ver la luz laboral al profesorado que ahora se siente discriminado y, de paso, relajaría el miedo al PAI en el modelo D, que tiene el reto de actualizar su oferta trilingüe de cara a la matrícula. Y encima el 2018 es preelectoral y una OPE siempre suena bien... ¿Alguien da más? ¿Difícil? Que se lo digan a los catalanes.