hablemos de sexo? si nos dejan. Porque la decisión adoptada por el equipo de gobierno de Navarra Suma en Pamplona nos retrotrae a los tiempos del nacionalcatolicismo. Me refiero a la suspensión de una charla programada y aprobada por el Consistorio que tenía previsto impartir la experta Paola Damonti sobre la brecha orgásmica, en la que aporta su análisis sociológico de por qué las mujeres alcanzan el orgasmo menos que los hombres. Una aseveración irrefutable, por otro lado, como lo atestigua un riguroso estudio realizado por diferentes universidades estadounidenses y que concluye que las mujeres heterosexuales son el grupo que menos consigue llegar al clímax en sus relaciones sexuales (65%), muy por detrás hombres heterosexuales (95%), gays (89%), varones bisexuales (88%), lesbianas (86%) y mujeres bisexuales (66%).

No llego a entender qué es lo que lleva a las fuerzas de derechas a calificar la charla como "inadecuada"; será una suma de su ideología puritana y de la endeblez ante la presión ejercida por ultras, integristas católicos y acomplejados a quienes todo lo que tiene que ver con el sexo les parece una perversión si no se hace uso con el único fin de procrear. O eso es lo que defienden; porque ya sabemos que a virtudes públicas, vicios privados. Para Navarra Suma y sus satélites no solo el sexo es "inadecuado", también actuaciones de payasos o el uso normalizado del euskera.

Recuerdo la discreción, rayana en la clandestinidad, de aquellos libros sobre la vida sexual que circulaban durante la dictadura: era más fácil acceder a un ejemplar de El capital, de Carlos Marx. También me vienen a la memoria las película de dos rombos, las escena con besos censurados y la calificación de las películas de acuerdo a los criterios morales y religiosos del régimen. Una moral que ensalzaba al hombre que presumía de sus conquistas y vilipendiaba a la mujer que no consideraba "decente". Indecente e inadecuado son sinónimos. Sexo y libertad también.