l locutor radiofónico lee acelerado las noticias del boletín horario y se enreda con las palabras: "El Ministerio de Navidad, perdón, el Ministerio de Sanidad ha informado". Pasó ayer en la Cope. No me extraña nada ese repentino ataque de dislexia; desde hace días solo importa el número de personas autorizadas a sentarse a la mesa (parece que cuantas más mejor), hasta qué hora puede alargarse la sobremesa de las cenas y qué justificante necesito para desplazarme fuera del territorio donde habito. Del número de fallecidos y de contagiados, de la posibilidad de infectar a los más cercanos en esas reuniones, de generar por imprudencia y falta de responsabilidad una tercera ola, todo eso se antoja secundario. No anda descaminado el locutor; si no está ya en los planes estratégicos de Pedro Sánchez debería de incorporar a su Gobierno esa nueva cartera de inmediato, aunque fuera de forma temporal y luego podría adaptarla a carnavales, ferias, Semana Santa y fiestas patronales.

"No vamos a volver al mundo de hace diez años", afirma un sociólogo. Y yo me atrevería a añadir que tampoco al de hace un año. La pandemia ha alterado las relaciones sociales y laborales, los hábitos de ocio, las rutinas. Lo que va a suceder en esta Navidad es un buen ejemplo y ya verán cómo la de 2021 serán diferentes a las de 2019 porque no son pocos los que van a descubrir que pueden vivirse esas fechas de otra forma e incluso igual que el resto del año. No me interpreten mal, yo soy de los de antes de la pandemia, de ronda y pandereta, del vuelve a casa vuelve, pero muchos de los cambios que estamos experimentando, en las calles y en la casa, llegan para quedarse.

Reino Unido anuncia el inminente comienzo de la vacunación de la población con el antídoto de los laboratorios Pfizer. La esperanza de controlar el covid-19 parece más cercana, aunque quizá debamos aprender a convivir con ese coronavirus como desde hace un siglo lo llevamos haciendo con la gripe, con efectos todavía mortíferos cada invierno para la salud. Por cierto ¿cuándo llega este año la gripe? Me sorprendió conocer que algunos chinos afincados en Navarra han pagado para vacunar a sus niños contra los virus gripales: ¿saben algo que los demás desconocemos? Preguntaremos al Ministerio de Navidad, perdón, al de Sanidad.

Sánchez debería de incorporar a su Gobierno esa nueva cartera de inmediato y luego podría adaptarla a carnavales, ferias, Semana Santa y fiestas patronales