a autopista llegó poco después del aeropuerto. La década de los setenta puso al pueblo en los mapas. Lo que venía siendo un puntito negro casi irrelevante al sur de la capital cobró grosor como de gota gorda escapada del rotring. Todo medio de transporte, fuera coche, camión o avión, encontraba el mismo lugar de referencia. El campo de aviación estaba ahí de siempre y solo hubo que asfaltar; pero el trazado de la autopista metió a cuchillo las excavadoras por lo que eran tierras de cultivo, salvó la cercanía del cementerio pero la línea dibujada por el ingeniero se fue a estrellar contra un arco del acueducto. Y fruto del impacto del lápiz con la historia calló a tierra la esquina de la vieja estructura que llevó agua a la capital. “Qué importa un arco menos si todavía le quedan más de noventa...”, debió pensar el impune agresor del patrimonio. Así, sin dar rodeos, no sea que se nos vaya el presupuesto. En enero de 1976 entraba en servicio el primer tramo de la autopista hasta Tafalla.

Casi cincuenta años después, circular rumbo al sur es como visitar cajeros automáticos en una larga noche de juerga. Los peajes aparecen aquí y allí, obligando a pasar la tarjeta de visita en cortos tramos de kilómetros. Te acabas dejando una pasta. Desconozco sin las autopistas son un buen negocio; iniciativas recientes en el entorno de la Comunidad de Madrid han terminado en una ruina inasumible. Un error de cálculo. O un exceso de ambición. En Navarra, hoy conocemos que Audenasa, la sociedad semi pública que gestiona la AP-15, repartirá este año un dividendo de 44 millones de euros después de recibir una compensación del Gobierno de Navarra por la caída del tráfico durante la pandemia. El Ejecutivo abonó 6,2 millones en contra del criterio de la Intervención, cuyos cálculos se cifraban en 1,2 millones. Comptos no apreció ilegalidad. No vine aquí para perder dinero...

Varias autopistas de peaje se han liberalizado este año con notable alivio para el bolsillo de los usuarios. La AP-15 no tiene fecha en el horizonte (la actual concesión acaba en 2029) para concluir su labor recaudatoria. Vecinos de localidades próximas y usuarios diarios que deben acercarse a Pamplona, en particular de la Ribera, han pedido de forma reiterada la gratuidad sin obtener respuesta. Pero hay que seguir haciendo caja. Y todo el mundo a pasar por el arco.

Casi cincuenta años después, circular rumbo al sur por la AP-15 es como visitar cajeros automáticos durante una larga noche de juerga