i tuviera que escribir una contraseña previa para acceder al espacio de este artículo perdería toda la tarde. Y la de la semana siguiente. Tengo mala memoria para recordar esos códigos. Pero sin ese requisito es casi imposible moverse por la red, que exige un pasaporte de varios dígitos, mezcla de letras, mayúsculas y números, que o te abre puertas o acaba con tu paciencia. No puedes dar dos pasos sin identificarte. Para pasar ese control de fronteras tienes dos opciones: usar siempre la misma clave o tener a mano todas las que utilizas para entrar en la información del banco, la carpeta de salud, la declaración de la renta, la plataforma de Footters... A este galimatías hay que sumar también los números de las diferentes tarjetas, el de acceso en la entrada del periódico, el de la caja de pago de la sociedad... El problema para gente como yo es que también acabamos olvidando la hoja donde apuntamos todas esas consignas. Así que a la pregunta automática de ¿Has olvidado tu contraseña? tengo que responder que sí. Y hasta dudo de si debo acompañar la afirmación con alguna cifra...

Dicen los expertos que las contraseñas más seguras son las más largas, con un mínimo de doce caracteres. Así que recomiendan huir de claves que puedan asociarse con el usuario, como nombre, fecha de nacimiento..., particularidades que den pistas. Encuestas difundidas ayer con motivo del Día Mundial de Internet Segura señalan que un 46% de consultados nunca ha cambiado su contraseña de email, pese a las advertencias de los expertos de modificar con frecuencia el salvoconducto y no reutilizarlo. Pero los usuarios no atienden las recomendaciones; así, el 93% de los entrevistados afirma que emplea la misma clave para acceder a diferentes servicios online. Y advierten los analistas de que existen unos 5.500 millones de cuentas de correo electrónico y contraseñas que han sido jaqueadas.

Antes de la invasión de las nuevas tecnologías, el santo y seña era parte de algunos juegos infantiles. Y me resulta paradójico -más todavía con los años que han pasado- no haberme olvidado de que en las diferentes aventuras del Club de los Siete Secretos, de Enid Blyton, usaran como contraseña entre los protagonistas salsa de menta. Qué cosas. Aviso a hackers: no la uso en mis cuentas. ¿O sí?

Un 93% de personas consultadas afirma que utiliza la misma clave para acceder a diferentes servicios online y un 46% nunca cambia su contraseña del ‘email’