Acaba el curso. Se nota. Llegamos cansadas, cansados. Con ganas de verano. Cambio de aires. Tiempo de sobra para sentir la placentera sensación de perderlo, para atender todo aquello y aquellos, que se han ido quedando pendientes en estos meses, como esos mensajes que nunca envías y se amontonan en la bandeja de borrador. Horas para mirar la vida y perder un poco de vista las pantallas, que no la comunicación, ni la actualidad. Ésta no da tregua, ni entiende de cursos. Va día a día, sin diferenciar un mes de otro. Han sido muchas las palabras escritas, a veces con vocación terapéutica, con el convencimiento de que las palabras tienen vida propia y hasta poderes; con esa sensación de que lo que se escribe o se dice perdura, más en esta sociedad líquida en la que tantas veces la palabra se escurre y acaba perdiendo hasta el valor de lo que realmente significa. Estaría bien sacar la cuenta de quién o qué ha sido lo más nombrado y seguramente nos quedaríamos con la amarga sensación de que ha sido algo negativo. Que a veces, sin darnos cuenta, nos cuesta situarnos en el lado positivo de la vida para desde allí construir esas pequeñas historias que al final son las que cuentan. Historias, noticias, personas, muchas veces anónimas, que día a día nos van marcando el ritmo. Como ahora, cuando junio agota sus últimos días en esta ola de calor que nos arropa. Pero toca seguir hablando de política, porque los políticos siguen siendo actualidad, más que ellos, su dificultad para lograr acuerdos de una manera sencilla, sumando lo que les une en lugar de arrojarse lo que les separa. Complicado supongo, pero la ciudadanía muchas veces necesitamos palabras fáciles, mensajes cortos y claros, que el sí sea sí y el no sea no. Y que lo que es posible lo sea, sin mentiras, ni medias verdades, acaba junio y los políticos han suspendido, tendrán que ir a recuperación, quien sabe si en julio, agosto o septiembre. Quizás ellos sí y están jugando. El resto seguimos esperando. Nos merecemos gobiernos que den respuesta a las demandas sociales y que tengan en cuenta los resultados de las urnas, no los intereses partidistas. Aquí y en Madrid, pero sobre todo aquí. Somos una sociedad plural que ha votado mayoritariamente por el progreso y por seguir avanzando en la única dirección en la que se avanza, hacia adelante. Ellos y ellas también estarán cansados, es normal con tanta campaña y elección. Pero tendrán que aplicarse porque se la juegan al todo o nada. Les esperamos a la vuelta, ojalá con noticias más frescas.