Y luego dirán partidos como Vox que la ley de violencia de género busca “acabar con los hombres”. Tres mujeres han sido asesinadas por sus parejas en apenas 48 horas, en Valga (Pontevedra), Estepona (Málaga) y Madrid, crímenes machistas que elevan a doce las víctimas por violencia de género en 2019 y que han dejado huérfanos a 9 menores. Nos habíamos confiado. Sabíamos que la ultraderecha tenía su discurso: territorio (unidad del país y demonizacion de otras identidades) y la inmigración (chivo expiatorio de todos los males), además de sus proclamas neoliberales, pero su vertiente antifeminista permanecía oculta hasta las últimas elecciones andaluzas. Además de la abolición de la ley integral de violencia de género para sustituirla por otra de violencia “intrafamiliar”, abogan por suprimir instituciones que trabajan por el avance de la ideología de género, crear bulos como que la mayoría de los maltratadores son extranjeros (no lo son, el 61,7% de los asesinos de la 47 mujeres muertas en 2018 no era de fuera), perseguir las denuncias falsas cuando representan el 0,01% del total, modificar la ley del aborto, fomentar políticas de natalidad y promover ayudas para las familias numerosas, engrosan su programa. Desconozco cuántos hombres les han votado, probablemente muchos de los que no quieren perder sus privilegios. Curiosamente la ultra- derecha europea no ha entrado en estas cuestiones. ¿Por qué aquí sí? Yo creo que la razón es muy clara y Pamplona está en el centro de esta batalla. La respuesta ciudadana contra la violación de La Manada (por cierto, tras el caso de Pamplona han aflorado otras muchas manadas que violan con drogas a chicas que luego no recuerdan nada) y las movilizaciones entorno al 8 de Marzo (el año pasado fue un punto de inflexión y este año el grito de “Ni un paso atrás” por la iguladad se escuchó más fuerte que nunca en todas las ciudades) han hecho saltar la alarma en el patriarcado. Esto de que las mujeres puedan denunciar acosos en todos sus niveles, que no te fies de que una zagala te pueda dar una respuesta contundente si te propasas o que las mujere’s se dediquen a la investigación y no a tener hijos no les encaja a ciertos sectores reaccionarios de la sociedad. Mucho mejor volver a los tiempos en los que la mujer era la buena esposa y madre abnegada. Mucho mejor regular la prostitución que utilizan y fomentar la industria de alquiler de vientres. Eso sí, ellos siempre se van a arrimar a mujeres más jóvenes con las que seguirán procreando aunque se separen. A esta situación se une que el menor interés por la política ha conllevado una menor presencia de voto femenino. El barómetro del CIS decía que las mujeres suponen el 60% de los votantes indecisos. Dicen que la mitad del voto a Trump fueron mujeres blancas y el 50% de los votantes del Bolsonaro en Brasil también féminas. Dicen que la mujer en el eje ideológico se sitúa más a la derecha y prefieren la seguridad a la libertad... Pero también hay que decir que la mujer se ha empoderado mucho más de lo que creen, se interesa más por la vida pública y ha tomado una mayor conciencia sobre sus derechos y del resto de la sociedad. La primera vez que las mujeres pudieron votar fue en 1933 (II República), la segunda en 1936 y, tras Franco, no fue hasta 1977. No ha pasado tanto tiempo. Pero han pasado muchas cosas, sobre todo en los últimos años. Votaremos.