Seguramente ninguna institución cobre tanta importancia en la lucha contra el cambio climático y la apuesta de los servicios públicos en Navarra en este momento como la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, que atiende a más de la mitad de la población de la Comunidad foral y gestiona el agua, las basuras y el transporte público, tres recursos claves para garantizar la sostenibilidad de las ciudades que habitamos. Hoy la asamblea en la que Pamplona cuenta con la mitad de los representantes elegirá nuevo presidente. Son tres los candidatos encima de la mesa: el de Navarra Suma y el de EH Bildu -que ha venido gobernando en los últimos cuatro años- a los que ayer se sumó una tercera vía con el PSN y Maite Esporrín a la cabeza que una vez más decide entregar a la coalición de derechas la institución comarcal presentándose como candidata al igual que lo hiciera en junio en el Consistorio pamplonés. Y sabiendo que su voto era decisivo para mantener el cambio. Posiblemente sin adelanto electoral la situación del PSN sería otra pero arriesgarse a la presión mediática de Madrid no le interesa. Al menos coincidió ayer con el presidenciable Juan José Echeverría (UPN) en no avalar la planta de residuos Imárcoain, proyecto en el que se viene trabajando en los últimos cuatro años para buscar una alternativa al tratamiento de las basuras y cerrar el vertedero como marca Europa, sembrando además dudas sobre el modelo de recogida con tarjeta, y asegurando que queda sitio en Góngora... No sorprende. Echeverría incluso llegó a plantear en una reunión para convencer a los independientes (dividen su voto en función de sus propios intereses) que podía llevarse la basura hasta El Culebrete para no hacer la planta en Elorz, propuesta en la que reculó Navarra Suma de Tudela ante el silencio de Echeverría. No es casual que los regionalistas y sus aliados no hayan presentado programa. Aritz Ayesa sí ha defendido una recogida selectiva y una planta de compostaje y recuperación de la fracción orgánica, una apuesta decidida por un transporte público que gana exponencialmente viajeros, la recuperación del monte Ezkaba o la mejora de la salud de los ríos. Dar más espacio al peatón y a la villavesa (Plan de Movilidad Comarcal) exige un cambio urbanístico y medidas como la Amabilización que ahora Navarra Suma quiere revertir. Echeverría, sí, ese que en su speech anticomunista contra los corredores sostenibles bautizaba al lider coreano como Chin Pon Chin. Y así se le apodó.