partir de hoy, Navarra entra en la fase 2 de la denominada desescalada, en la que, más de dos meses y medio después de declararse el estado de alarma por covid-19, la ciudadanía recupera la libertad de movimientos y la posibilidad de realizar o disfrutar de una mayor cantidad de actividades. Quedan atrás -de momento, y mientras la evolución de la pandemia lo permita- los días de duro confinamiento que, gracias a la responsable implicación de la gran mayoría de la sociedad, han permitido frenar -que no eliminar aún- los contagios y sus graves consecuencias. La ansiada entrada en la fase 2 tiene lugar en que las cifras, siendo duras y con 509 muertos, parecen dar un respiro y muestran una curva descendente y esperanzador en la contención de la pandemia: sólo 14 nuevos casos de coronavirus confirmados ayer por la prueba PCR, lo que supone un incremento del 0,27%, sumando un total de 5.219 casos. Respecto al sábado no se registró ningún fallecimiento ni tampoco nuevas hospitalizaciones, que permanecen en 2.050 desde el inicio de la pandemia, ni ingresos en la UCI, por la que han pasado 137 personas a lo largo de la crisis sanitaria. A día de hoy hay hospitalizadas 77 personas, 12 de ellas en la UCI. Con estas cifras Navarra entra hoy en una nueva fase de desescalada tras cerrar la semana con seis muertos, la menor mortalidad semanal desde la implantación del estado de alarma. Aún queda mucho por hacer y es necesario -como no se cansan de repetir profesionales sanitarios y autoridades- no bajar la guardia ante el implacable coronavirus para reactivar con cierta normalidad la actividad social y económica pero vamos por el buen camino. Pese a los interesados y malintencionados malos augurios, las medidas se han revelado eficaces y necesarias y los contagios han disminuido de manera constante. La nueva etapa que supone la fase 2, con la vuelta de buena parte del ocio, la hostelería, los centros comerciales, la atención presencial con cita en los organismos oficiales o la posibilidad de desplazarse por la geografía foral para hacer senderismo, montañismo o paseos en bicicleta es, por tanto, buen momento para mirar al futuro sin dejar de hacerlo hacia atrás para ser conscientes del sufrimiento acumulado, del sacrificio realizado y del enorme trabajo que ha costado.