l Parlamento de Navarra protagonizó ayer una jornada histórica al secundar desde la mayoría de progreso una declaración para acabar con la política de dispersión de los presos y reclamar el acercamiento a sus lugares de arraigo (a la cárcel de Pamplona que está al 30% de capacidad). PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E, los grupos que apoyan al Gobierno foral, respaldaron ayer una moción que cuenta con un amplio apoyo social y sindical, avalada por UGT, CCOO, ELA y LAB, además del Foro Social. También treinta personalidades de la cultura reclaman un nuevo tiempo tras ETA. Un debate a favor de la justicia y de la convivencia democrática que Navarra Suma volvió a utilizarlo como arma arrojadiza no solo en su rechazo a la iniciativa para acabar con la política de excepcionalidad que hoy se sigue aplicando a la población reclusa, tanto presos de ETA (200 reclusos navarros) como presos comunes, sino recurriendo al mantra de la "indignidad política" y de la "moneda de cambio" en negociaciones políticas lo que en realidad esconde un discurso de odio y venganza, totalmente ciego a un camino sin retorno. "Se creen unos salvapatrias, se apropian del dolor de las víctimas para hacer política en contra del Gobierno", le respondía ayer la socialista Inma Jurío cuyo grupo, aseveró, rechazó la política de acercamiento mientras existió ETA. El cambio de paradigma dentro del PSOE se produce en junio de 2018 con la entrada del Gobierno de Sánchez y cuando se acelera el acercamiento de presos de ETA, 180 hasta ahora. Todas las víctimas merecen verdad, justicia y reparación lo que se garantiza a través de esta moción acorde con la situación actual, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y con los principios de la Constitución. La dispersión ya no tiene sentido y está produciendo un esfuerzo y riesgo para su salud física y mental de muchas familias lo que además se ve multiplicado en el contexto de pandemia. Una política de acercamiento que no significa impunidad, ya que la defensa de la reinserción y resocialización lleva un "plus" para los presos de ETA: el reconocimiento del daño causado. Diez años después de que ETA anunciase el cese de la actividad y dos desde su disolución la sociedad y las instituciones han abierto nuevos espacios de diálogo que años atrás eran impensables. Este mismo Gobierno en su Plan Estratégico de Convivencia ha participado en actos de dignificación de todas las víctimas, como el del pasado 11 de marzo, con la presencia de la asociación AVT. Un camino sin retorno.