l nuevo curso escolar que hoy arranca en Navarra para 105.000 alumnos, así como profesores y otros profesionales educativos y familias, se perfila como un año académico aún afectado por la incidencia que todavía tiene la pandemia de la covid-19, pero en absoluto puede ser un curso de trámite. Los retos a los que se enfrenta en un futuro próximo la comunidad educativa y la sociedad navarra en general en el ámbito de la enseñanza son lo suficientemente relevantes y han de ser abordados con igual ambición como para que nadie pueda permitirse el lujo de perder un tiempo irremplazable. Hace un año, el curso se iniciaba con miedo e incertidumbre. De hecho, y pese a los protocolos y medidas puestas en marcha por el Gobierno de Navarra planeaban sensaciones de duda ante la llegada de la devastadora ola del pasado otoño. Pero el tiempo demostró la eficacia de las medidas, que posibilitaron que el 99% de las clases permaneciesen abiertas y facilitaron que pese a los contagios y confinamientos en aulas la continuidad de un curso académico en condiciones cada más cercanas a la normalidad escolar previa a la irrupción del coronavirus. La experiencia del año pasado y un proceso de vacunación que alcanza hasta ahora al 81% de las personas posibilitan que hoy la situación sea radicalmente distinta, sin que ello suponga que pueda bajarse la guardia. Las medidas de prevención continúan siendo similares, aunque al igual que en otros sectores de la convivencia social, las restricciones se van limitando y este nuevo curso vuelven en Navarra los juego de contactos en el recreo y los almuerzos fuera del aula. Además, se reanudan también las actividades extraescolares y el deporte escolar sin mayores limitaciones. A ello hay que añadir que Navarra, como la CAV, mantendrán la contratación de los docentes de refuerzo, un soporte importante en la actual situación. La masiva vacunación tanto para el global del profesorado y resto de profesionales como de los alumnos, lo que refleja la extraordinaria implicación y responsabilidad del conjunto de la comunidad educativa, junto al protocolo anticovid, permiten garantizar un curso suficientemente seguro. Aunque pendiente de la polémica que ha generado la decisión del consejero Gimeno de imponer, con la excusa de la pandemia mientras se reducen o anulan las restricciones en otros ámbitos, hasta al menos después de Navidad la jornada continua pese a que familias y centros reclamando la vuelta a la normalidad de la jornada partida.