uando se cumple poco más de un mes desde que Navarra decretase el fin de la emergencia sanitaria y, con ello, el levantamiento de la práctica totalidad de las restricciones que estaban vigentes para frenar la expansión del coronavirus, la situación epidemiológica de la Comunidad Foral parece haber iniciado una nueva tendencia progresiva al alza en la detección de casos de la covid-19. Aunque el escenario es muy distinto a la gravedad de los meses anteriores, la actual tesitura en la que Navarra está experimentando un incremento sostenido de prácticamente todos los indicadores no es buena y puede amenazar el futuro a corto y medio plazo. Navarra ha pasado en este mes sin apenas restricciones de una tasa de incidencia acumulada menor a 40 casos por 100.000 habitantes en 14 días -lo que permitió levantar la emergencia sanitaria-, a los 112 casos que registraba ayer y a los 68 en siete días y, al menos de momento, con propensión ascendente. No es, de momento, una situación para la alarma, pero sí conviene activar mecanismos de alerta que refuercen, sobre todo, la prevención porque los datos confirman que el virus continúa entre nosotros y mantiene cierta capacidad de contagio y de causar problemas de salud, graves en algunos casos -dos personas fallecieron la pasada semana por covid-19-. En todo caso, las autoridades sanitarias insisten en mantener medidas preventivas como el uso de la mascarilla o la distancia social, y ponen el foco en la situación hospitalaria, que actualmente es de "normalidad". En los hospitales navarros hay 28 personas ingresadas por esta enfermedad tras 4 nuevos ingresos ayer, 6 de ellas en UCI, sin variación en 24 horas. De hecho, la propia consejera de Salud, Santos Induráin, asumió no poder descartar una sexta ola , pero también insistió que de producirse sus efectos en la tensión del sistema sanitario foral sería menor a lo vivido en las olas anteriores debido a las altísimas cotas de vacunación alcanzadas en Navarra con la pauta completa. Y ya se está, revacunando a quienes recibieron la monodosis de Janssen. Pero no es suficiente para vencer al virus. La covid se está cebando precisamente en la población no inmunizada, sobre todo en los menores de 12 años que, mientras no se apruebe una vacuna adecuada para ellos, se han convertido en el colectivo más vulnerable. Sin alarmismo, es tiempo de nuevo de responsabilidad social antes de que el incremento de casos pueda volverse insostenible.