as denuncias en Pamplona por circular bajo la ingesta de alcohol y drogas se han triplicado con la pandemia. Son los datos escalofriantes que ayer daba a conocer el Ayuntamiento de Pamplona. En total, se contabilizaron en 2021 un total de 758 siniestros vinculados a consumos frente a los 287 de 2019. Así, de las 758 propuestas de sanción por la ingesta de sustancias prohibidas 608 lo fueron por positivos en alcohol y 150 por conducir bajo los efectos de las droga, en ambos casos por debajo de los límites fijados como delictivos. La siniestralidad en el tráfico de la ciudad no obstante se mantiene estable respecto al año 2019 con 2.844 siniestros. Asimismo, el 53,7% de los accidentes fueron producidos pro coches. Alcohol y/o drogas, estaban también presentes en la mitad de los accidentes de tráfico con fallecidos en Navarra del primer semestre del año pasado, según la Policía foral. Además, dos de cada tres delitos cometidos contra la seguridad vial están relacionados de alguna forma con la ingesta del alcohol. Precisamente en la nueva Ley de Tráfico junto al endurecimiento de las multas por usar el teléfono conduciendo o por llevar radares destaca la lucha contra el consumo de alcohol al volante, para lo cual se establecerá la llamada tasa 0,0. Preocupan los datos teniendo en cuenta que el consumo de alcohol está muy arraigado en nuestra cultura para celebrar, para socializar, por placer... y la imagen social tolerante y la publicidad engañosa minimizan sus riesgos lo que explica a su vez que en Navarra se empiece a beber alcohol a los 13,6 años, la edad más temprana del Estado, según datos del Ministerio de Sanidad. O las elevadas cifras de consumo de tabaco y alcohol en jóvenes de 14 a 18 años. Un consumo nocivo que, a la hora de conducir, pone en peligro a los demás, afecta de forma negativa a la salud e incrementa la incidencia en tumores. Otro dato que no pasa desapercibido del balance municipal es el incremento del parque móvil desde 2014 en Pamplona. 6.211 vehículos más hasta alcanzar los 123.498. Cifras que dan una idea de lo difícil que es actuar en materia de movilidad cuando el medio dominante es el coche. Que por mucha amabilización, carriles bici y mejoras en el transporte público que se hagan de nada sirve si la ciudadanía recurren al vehículo privado para desplazarse. Sin olvidar tampoco que el 40% de los 106 accidentes con bici se han producido en pasos de peatones o en pasos ciclistas sin regulación. Y que han crecido un 25% los siniestros por patinetes.