os sindicatos y los trabajadores se echan a la calle este 1º de Mayo sin ningún tipo de restricciones por la pandemia y dispuestos a sacar músculo y comprobar, a posteriori, el resultado que alcanzan sus demandas. Después de dos años de pelea encarnizada con la covid, la conmemoración recupera su formato clásico, con casi tantas convocatorias de manifestación como centrales, componiendo un escenario multicolor de banderas y de mensajes que quieren marcar terreno aunque este año coinciden en lo básico. Los primeros meses de pandemia supusieron un serio varapalo para la economía, con un aluvión de ERTE y una alta factura para los trabajadores. La posterior recuperación y las optimistas previsiones de crecimiento económico se han topado con una inesperada guerra que ha dinamitado las expectativas y cuyos efectos en forma de alza de precios no hace sino aumentar la brecha salarial y abundar en la desigualdad. Así las cosas, los sindicatos reclaman en este Día Internacional del Trabajo unos salarios que no pierdan poder adquisitivo, medidas que permitan combatir la precariedad, protección social a los más vulnerables, frenar la alta siniestralidad laboral y profundizar en las políticas de igualdad (las mujeres, junto a los jóvenes, son los más castigados por el desempleo y los bajos salarios). El Gobierno de Pedro Sánchez y la patronal son los destinatarios del mensaje; a la CEOE le señalan por mantener bloqueada la negociación colectiva. Patronal y UGT y CCOO sostienen posturas muy alejadas que no permiten pactar una recomendación salarial que sirva de indicación para la negociación en empresas y sectores. Pacto de rentas que rechazan ELA y LAB. Para los sindicatos es importante desarrollar una negociación colectiva que frene la pérdida de poder adquisitivo y evitar con ello que el malestar social ponga en riesgo la recuperación económica. Tras la aprobación de la reforma laboral, el aumento del SMI a 1.000 euros brutos al mes y con el pacto de rentas sobre la mesa, el empleo sigue siendo el principal objetivo a reafirmar en esta jornada, con una revisión de las causas y los costes del despido para evitar que se utilice como un modo de ajuste, como reclaman los sindicatos. Unos planteamientos, en suma, que quedan mediatizados de momento por la actitud de Rusia de sostener una guerra de consecuencias insospechadas.