Sí, tal cual lo están leyendo. “Vuelva o no, pero cállese”, titula el latigador de Teruel su descarga de bofetadas en El Mundo. Quizá les falte contexto. El antiguo maoísta preside el club de fans de Felipe VI y lo defiende literalmente hasta de su padre. Por eso lo manda callar y de propina le llama cobarde: “Pero si entonces se largó por miedo, cosa humanamente comprensible, aunque no muy gallarda, desde entonces ha dejado que el periodismo mullido le eche la culpa al Rey de los líos del padre. Por si no tuviera bastante con la herencia del golpe de 2017, le toca lidiar el vitorino de las finanzas paternas. Señor: vuélvase o quédese, pero, por el Rey y por España, por favor, cállese”, remata Jiménez Losantos.

A la derecha de Federico del Tremedal (solo en la página), Antonio Lucas titula su columna “Bárbara y Rey”. Es un juego de palabras facilón, compensado, y lo digo sin ironía con lo que nos recuerda en el último párrafo: “El 17 de julio de 1997 sucedió, además, algo descomunal en el programa Tómbola: Rey (Bárbara) entró en directo por teléfono para hablar del asunto y dejó una frase estremecida: «Sólo he dado cariño a alguien que lo necesitaba». ¿Y si fue verdad? Que el Senado entre a saco. España es amor”.

La convocatoria de la vedette y domadora de elefantes a la llamada Cámara Alta tiene muy disgustado a Jesús Lillo, que titula su pieza de ABC “Senado o circo romano”. Aquí tienen el arranque: “En una de esas acciones concertadas que definen la política de nuestra mayoría de progreso -uno tira la piedra y el otro, que no es manco, esconde la mano-, el PSOE secundó ayer el plan de Compromís de sentar en el Senado a Bárbara Rey para que hable de su apellido en un PoliDeluxe cuyo argumento y objeto de derribo no es otro que la Corona”.

Después de eso, una faena de aliño que pretende terminar en alto con el chiste de rigor. O los chistes: “Cualquier circo levantado con lonas en una comisión de investigación y publicitado con fieras y‘majorettes’ por la carrera de San Jerónimo se queda en nada al lado de lo que proyecta la Cámara Alta, con Ander Gil en el papel de Ángel Cristo y Sánchez preguntando cómo están ustedes. Bien”.

Yolanda Díaz y sus lecturas

Ya ven que hoy viene flojito el sopicaldo. No es que se lo vaya a mejorar mucho, pero me dispongo a añadir el titular de El Confidencial que me ha arrancado la legaña: “El libro que está leyendo Yolanda Díaz para disgusto de Nadia Calviño”. Es imposible no morder el anzuelo, o clickbait, como se dice en fino. No se preocupen. He pecado por ustedes y les desvelo el misterio: Tecnofeudalismo. Crítica de la economía digital. ¿Pruebas del disgusto de Calviño? Ninguna. Era puro onanismo mental de quien firma como El Confidente.

Y me ha resultado curioso lo de las lecturas de la vicepresidenta porque justamente hoy el director de El Debate, Bieito Rubido, se dirige a ella en estos términos entre chulescos y paternalistas: “Lee, Yolanda, y estudia un poco. Ya sé que no necesitas que te den consejos, que sabes equivocarte sola”.

Para el postre les he reservado el triple tirabuzón de jornada. Se lo adjudica Mayte Alcaraz, que despotrica de la RAE por haber aceptado las palabras Obispa, Pansexual y Poliamor. Después de calificarlos como términos podemitas y atizar a Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Iglesias, la trapecista dialéctica encuentra el modo de unir la cuestión con el niño de Canet. Véanlo: “La pena es que al niño de Canet no se le permita aprender estas nuevas voces incorporadas a la segunda lengua más hablada del mundo, que es la de sus padres, y a Irene ese atentado contra la libertad no le preocupe”. Ovación cerrada.