FEDERICO EMOCIONADO- A estas alturas, no creo que alberguen dudas respecto al partido por el que bebe los vientos Federico Jiménez Losantos. Por si no fuera así, estas palabras en El Mundo se lo dejará claro: "Viendo el viernes el mitin de Abascal y Macarena Olona, rodeados por decenas de miles de sevillanos en el mismo banco en el que hace solo siete años no eran capaces de reunir más que a los figurantes que traían, era difícil contener un sentimiento de emoción nacional y gratitud política. No hay en la vida pública española, en estos cuarenta años de democracia, un movimiento de tal magnitud promovido por tan poca gente y que en tan breve tiempo haya conseguido semejante eco".

HASTA LA DERROTA FINAL - Sin llegar a esos niveles de emoción, el director de La Razón, Francisco Marhuenda, también está muy contento porque ya huele la victoria andaluza... y la española: "La Historia nos demuestra que esa tierra rica y generosa, con un pueblo trabajador e imaginativo, solo necesita contar con un gobierno que sea capaz de impulsar todas sus capacidades como ha sucedido gracias a la coalición entre el PP y Ciudadanos. El resultado tendrá, además, un notable impacto en la política nacional, ya que es la antesala de la derrota final de la izquierda en las generales". Parece el No-Do.

ALBERTO, PRESIDENTE-El otro gran motivo de festejo de la diestra es ver el estreno del mesías Feijóo en un cara a cara con Sánchez en el Senado. Mayte Alcaraz (El Debate) glosaba así la actuación de su héroe: "Preguntaba un señor con cara de presidente, con gafas de presidente, con verbo de presidente, con mayorías de presidente, con tono de presidente; y contestaba otro señor que, por contra, parecía un concejal de distrito venido a más, con facciones de guaperas de barrio y gesto indolente de quien se pregunta con movimientos de cabeza de pájaro sorprendido qué está pasando aquí".

PEDRO SACARINO - La última es de Carlos Herrera (ABC) sobre el enfado de Argelia que deja sin gas a España: "En España hemos colocado al Botones Sacarino en la cúspide de la gobernación de las cosas comunes y va a conseguir que se hagan ciertas cada una de las leyes de Murphy, aquel que decía que lo que puede salir mal saldrá mal. Solo que aquí lo que podía salir bien, también sale mal".