Ya les dije que habría más. La rajada de Pablo Iglesias sobre/contra Yolanda Díaz tiene comiendo palomitas a dos carrillos a los medios que certifican la muerte de Podemos y de paso, del casi nonato proyecto Sumar. Y en el camino, demasías dialécticas a gogó.

"Díaz tiene la suerte de que vivimos en España y no será conducida, afortunadamente, a un gulag"

Francisco Marhuenda (La Razón)

Francisco Marhuenda, que fue el más rápido en entrar al mogollón, repite pieza hoy y, como su propio listón está muy alto, el director de La Razón llega a acusar al fundador de Podemos de chequista o algo peor. Lean: “Díaz tiene la suerte de que vivimos en España y no será conducida, afortunadamente, a un gulag, porque los mesías comunistas son arbitrarios e implacables. No hay más que ver la trayectoria de Lenin, Stalin, Mao, los hermanos Castro, Hoxha, Kim Jong-un…. que son los referentes ideológicos, morales y políticos de Iglesias”.

ABC lleva la cuestión a su primerísima primera página de un modo más que peculiar. Sobre una imagen de la líder de Sumar y vicepresidenta del gobierno español, se lee: “Yolanda Díaz ya es un problema”. Si queremos saber para quién es tal problema, hay que ir al texto bajo el encabezado: “El PSOE teme que su pulso con Iglesias reste opciones a la izquierda en las próximas elecciones”. Ajajá. Bonito tirabuzón.

Por si no se ha pillado la intención, en el editorial se nos da una dosis de recuerdo bajo el título “Podemos apunta al socialismo”. Vuelve a ser la clásica de Juan Palomo: “Quien deberá mover ficha es el PSOE, que ha mantenido en mantillas a Yolanda Díaz con la esperanza de que se merendase a la parte de Podemos que Pedro Sánchez no ha podido absorber. Que la izquierda radical goce de buena salud en las urnas es fundamental para la superviviencia del proyecto político del presidente del Gobierno y de varios 'barones' socialistas”.

Tiene su puntito que el editorialista de El Mundo maneje casi exactamente el mismo argumento. La diatriba de Iglesias sobra Díaz es, en realidad, un misil al PSOE. O algo así: “La lucha fratricida de su socio inquieta al PSOE, pues los números para revalidar el Gobierno no dan si este espacio se estrella en las urnas. Mientras tanto, como publicamos hoy, Díaz ha decidido por el momento ignorar los «insultos» de su mentor. Aunque es probable que no cesen. El país asiste en directo a un padre devorando a su propia criatura”. Como se apunta atrás, el diario lleva en primera este titular: “Díaz desdeña a Iglesias y seguirá su plan al margen de Podemos”. En la letra menuda no encontrarán una palabra de la vicepresidenta.

"Pablo Iglesias se cortó la coleta para que no le estorbara el manejo del piolet"

Jorge Bustos (El Mundo)

También en El Mundo, Jorge Bustos hace juego de dedos con la cuestión. Igual que el arriba glosado Marhuenda, se tira del trazo grueso que dibuja a Iglesias como el asesino de Trotski: “Empieza a cundir el convencimiento de que Pablo Iglesias se cortó la coleta para que no le estorbara el manejo del piolet. Cuando renunció al escaño a la vez que a la cabellera todos pensamos en los arquetipos del indio o del torero: imágenes del fin, de descabello o retirada. Pero Iglesias, en un claro ejemplo de maskirovka soviética, se estaba yendo para quedarse”.

En El Debate, festival de mofas, befas y chanzas. Y dos titulares prácticamente iguales en las gracietas firmadas por sendos columneros. Por orden de jerarquía, empiezo por el subdirector, Luis Ventoso, que llama a su descarga “El beso de Pablo Manuel e Irene María”. Ahí les va el primer párrafo: “En Podemos siempre se ha mezclado ocio y negocio, romances con promociones. Así que nada hay de sorprendente en que Pablo Manuel, de 44 años, e Irene María, de 34, la pareja que mangonea el decadente partido morado, se diese un cálido beso en la boca en el escenario mitinero, desmintiendo por vía gráfica malévolos rumores de desavenencias. El enternecedor intercambio romántico ocurrió en la llamada «Uni de Podemos», nombre que supone un oxímoron, pues Universidad es un término asociado al saber y en Podemos impera más bien un entregado culto a la burramia”.

Unos centímetros más allá, Antonio R. Naranjo titula “El beso de Pablo e Irene” (ya ven que ha quitado los segundos nombres) y se tira por el tobogán: “Pablo e Irene se han besado en público en la clausura de la Universidad de Otoño de Podemos, que ni es Universidad ni puede demasiado: más allá de presenciar el reencuentro de Chenoa y Bisbal, en ósculo preparado con mimo y resuelto con artificio, como el del niño del tercero con la señora del sexto cuando la madre le obliga; el intercambio de veneno entre los Marqueses de Galapagar solo ha servido para sellar su defunción”.

Una curiosidad que seguramente no lo sea: además de textos sobre este episodio, había otros sobre lo bien que lo hace Ayuso, lo regular que lo lleva Feijóo, la cumbre del clima, Putin y media docena de asuntos más. Pero ni uno solo sobre las palabras de José Barrionuevo reivindicando la guerra sucia. Vaya, vaya.