Tiene su cosa que los mismos que bufan contra el linchamiento dialéctico a un personaje público participen en la cacería de una joven desconocida hasta anteayer. El delito de Elisa Lozano, que quizá no tuvo su mejor mañana, fue soltar cuatro frescas sobre la intocable Díaz Ayuso.

El Mundo llega a dedicarle una página completa bajo un titular de gramática mejorable: “La estudiante de 9,2 que se encaró con Ayuso en la Complutense”. En la letra menuda se glosa su discurso, al tiempo que se entreveran los hechos más significados de su corta vida personal y académica, incluyendo algún detalle íntimo.

"A la muchacha le espera un brillante porvenir. Pam, pam y en dos patadas le caerá una secretaría de Estado"

Arcadi Espada (El Mundo)

Como anticipo, dos de los tres columneros de la segunda página del diario cargan contra ella. “El brillante porvenir de Elisa María”, titula Arcadi Espada, que no tarda en sacar la vara: “El escándalo fue descubrir, después de oír su discurso, el nivel de la premia extraordinaria de Comunicación (9,28), esta joven Elisa María Lozano Triviño, que debió de avergonzar a la media España que aún conserva la vergüenza. Por ella misma, desde luego y sin remisión, pero sobre todo por los presuntos profesores que año tras año han ido dándole las máximas calificaciones. A la muchacha le espera un brillante porvenir. Pam, pam y en dos patadas le caerá una secretaría de Estado”.

"La auténtica noticia es que la número 1 de la facultad de Información, y hay que compadecerse, cree que romper un diploma es ilegal"

Leyre Iglesias (El Mundo)

Al lado, con menos pedigrí pero parecida dosis de ricino, Leyre Iglesias titula “La ilustre alumna habló con claridad museística”. ¿A qué se refiere? Mejor que lo explique ella: “El discurso es útil porque muestra con claridad museística los males que carcomen el debate público occidental: el yo expuesto hasta el sonrojo en nombre del colectivo, el rechazo a las calificaciones como medida del esfuerzo y el mérito, la maldad atribuida a los hombres y un sectarismo fanático versión Tik Tok expresado en querer derribar a quien no concuerda con tus ideas. Aunque la auténtica noticia es que la número 1 de la facultad de Información, y hay que compadecerse, cree que romper un diploma es ilegal”.

"La mejor alumna de periodismo es incapaz de elaborar frases maduras, su discurso carece de sindéresis, exhibe un pedestre sectarismo..."

Juan Carlos Girauta (ABC)

En ABC, es Juan Carlos Girauta, quien procede a la golpiza en una pieza titlada “La alumna”. Basta y sobra con las primeras líneas de la descarga: “La mejor alumna de periodismo es incapaz de elaborar frases maduras, su discurso carece de sindéresis, exhibe un pedestre sectarismo, se arroga una representatividad de la que carece ante quien la ostenta legítimamente y, a la hora de enfatizar algo (no sabemos qué por lo deslavazado), recurre a la extemporánea alabanza de la madre al modo de una folclórica. Su nombre no importa. No se trata de refocilarse cuando una joven hace un ridículo espantoso”.

José Antonio Vera se apunta al pelotón de acollejamiento en La Razón, aunque la deja para el final en su vómito de sapos y culebras: “Ha salido a aullar contra la madrileña más de medio gobierno, culpándola de que la llamen «asesina» y «cucaracha». Si fuera Montero sería violencia política, pero Díaz Ayuso se lo merece, por fascista. A los fascistas de la derecha se les puede insultar, violentar y escrachar. Llevaron a la «Complu» una horda fanática de estudiantes con canas para soltar improperios contra la lideresa, poniendo al frente del circo a una joven «progremita» que encendió a la turba al grito de «Ayuso, pepera, los ilustres están fuera»”.

"En la ya famosa deposición retórica de la alumna de extrema izquierda en la "Complu", la analfabeta titulada no criticó, escupió. No razonó, embistió"

Santiago Navajas (Libertad Digital)

No es difícil intuir que, en realidad, el motivo de tanta inquina contra la alumna es que osó rebelarse contra la emperatriz de Sol, la que va, como dice literalmente Santiago Navajas en Libertad Digital por la senda de Margaret Thatcher. Se lo juro: “En la senda de Thatcher, Isabel Díaz Ayuso. Sea Oxford o la Complutense, la Universidad tiende a ser también una cantera de odio ideológico, fanatismo partidista, odio de secta e intolerancia social. Ayer, los estudiantes de izquierda gritaban "cucaracha" y "asesina" a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Los mismos que en la dictadura cubana gritan "gusanos" a los que defienden la democracia mientras los torturan. En la ya famosa deposición retórica de la alumna de extrema izquierda en la "Complu", la analfabeta titulada no criticó, escupió. No razonó, embistió”. Ya ven que aquí también hay recuerdo final para Elisa.

Esta vez sin mención para la hasta el martes desconocida estudiante, Guadalupe Sánchez glosa a su heroína y presidenta en The Objective: “Para Ayuso no hay ni perspectiva de género ni violencia política que valga. Da igual que sea una mujer biológica y se autoperciba como tal, porque lo único que importa es que no es de izquierdas. Y eso no sólo la descarta como víctima, sino que la convierte en un objetivo, en la presa a abatir. No le perdonan que se haya convertido en un referente para muchas mujeres que consideran que el feminismo no es una guerra de sexo”.