¡Con lo que quería la prensa de orden a Fernando-Grande Marlaska cuando, siendo juez, miraba hacia otro lado en casos de torturas! Ahora, sin embargo, le tienen una ojeriza de récord Guiness al ministro de Interior. Por segunda vez en lo que va de semana, la sentencia del Supremo que anula la destitución del coronel benemérito López de los Cobos sirve de inspiración a las cabeceras diestras para echar más leña al fuego en el que se chamusca el todavía responsable de la cartera de la porra.

ABC se lo toma tan a pecho, que le concede tres cuartos de su primera, con foto del interfecto y este titular: “La sentencia del Supremo hunde a Marlaska”. En el editorial, una gotita más de hipérbole: “Grande-Marlaska, sentenciado”. En la letra pequeña, lo imaginable; cera y más cera: “La destitución del coronel como forma de represalia por cumplir con su deber y con el imperativo judicial es ya una plena anomalía democrática por la que deberían exigirse responsabilidades de forma definitiva. Con todo, la reacción del ministro del Interior demuestra una total ausencia del pudor civil y del decoro institucional que se le presupondría a un ministro del Interior que, además, es juez de carrera”.

Soltando espumarajos más densos, Carlos Herrera deja este vertido de sulfuroen el vetusto diario: “Al coronel –que debiera ser general– Pérez de los Cobos, una vez obligado a ser readmitido en su cargo, le está espolvoreando insidias el ministro Marlaska mediante el viejo método de dar a entender que ha 'manejado' mal los fondos reservados, cosa que tiene la ventaja de no poder ser demostrada y que siempre levanta sospechas entre todos aquellos que creen que las cloacas del poder son insondables y, además, están podridas. De haber tenido certeza de algún tipo de irregularidad, suponemos que Marlaska habría comunicado a un juzgado sus averiguaciones, pero no lo hizo”.

"Lo razonable sería que fuera repuesto al frente de la comandancia de Madrid y ascendido a general en el próximo consejo de ministros"

Francisco Marhuenda (La Razón)

El director de La Razón, Francisco Marhuenda exige una reparación al heroico benemérito: “Lo razonable sería que fuera repuesto al frente de la comandancia de Madrid y ascendido a general en el próximo consejo de ministros. Un ministro ni puede ni debe apartar a alguien de su puesto porque se ha negado a incumplir el deber de secreto impuesto por una magistrada en la instrucción de un procedimiento. Es algo que conoce muy bien Marlaska. Es evidente lo que hubiera hecho cuando era juez de instrucción ante una actuación arbitraria e ilegal de un ministro exigiendo a quien actúa como policía judicial que incumpliera su deber”.

Esa solución del desagravio, el ascenso y la fumigación del ministro tiene más partidarios. Uno de ellos, el editorialista de El Mundo: “La sentencia con la que el Tribunal Supremo anula el cese de Diego López de los Cobos no deja otra opción a Fernando Grande-Marlaska que la de reponerlo en su puesto antes de presentar él mismo su renuncia como ministro de Interior”.

Como ven, no es solo inquina a Marlaska, sino devoción al héroe con tricornio que se enfrentó a los malos más malos. Así se cuadra ante él Pablo Planas en Libertad Digital: “Pérez de los Cobos se tuvo que enfrentar a los independentistas promovidos por Zapatero y Rajoy. El agente que organizó el quirúrgico operativo del 1-O. El guardia civil que tuvo que aguantar las chulerías y los desmanes de Trapero, el jefe de los Mossos. El hombre que puso algo de orden en la contención del golpe de Estado. En resumen, el elemento más destacado de cuantos funcionarios públicos evitaron la ruptura de España y la imposición de una dictadura supremacista en Cataluña. Y eso, claro, se paga”.

José Antonio Zarzalejos también esgrime en El Confidencial la heroica hoja de servicio del ahora restituido. Y para que brille más, la opone al caso de Clara Ponsatí: “Esta es, breve y concisamente relatada, la historia de un ensañamiento que llega a unos niveles de bajeza moral y de falta de escrúpulos insospechados, incluso en un personaje como el actual ministro del Interior y, por supuesto, del presidente del Gobierno. Los casos de impunidad de Clara Ponsatí y de ensañamiento con Diego Pérez de los Cobos son la cara y la cruz de una realidad sectaria: toda la benevolencia hacia la golpista se transforma en inquina alevosa contra un mando de la Guardia Civil que, tanto en octubre de 2017 en Cataluña como en la jefatura de la Comandancia de Madrid, ha cumplido la ley”.

"Exigir la dimisión de Enano, que no Grande, Marlaska es bueno, pero no perdamos de vista lo sustancial. Es Sánchez quien debe irse"

Miquel Giménez (Vozpópuli)

En Vozpópuli, Miquel Giménez titula con una gracieta mil veces sobada: “Enano Marlaska”. Eso sí, después de ponerlo de vuelta y media, a quien señala es a su superior en el organigrama: “Es Sánchez quien cesó al coronel, es Sánchez quien ordena a Marlaska que siga, es Sánchez quien retira a la Guardia Civil de Navarra y Cataluña, es Sánchez quien acerca a los criminales etarras al lado de sus casitas, el que indulta golpistas, el que prefiere pactar con Bildu antes que con el PP y ya no digamos con VOX. Exigir la dimisión de Enano, que no Grande, Marlaska es bueno, pero no perdamos de vista lo sustancial. Es Sánchez quien debe irse”.

Y presten atención a la guinda. El inefable Alfonso Ussía difunde en El Debate un chismorreo que explicaría la mala relación entre los dos principales protagonistas del psicodrama: “Algunos dicen que en un tiempo pasado, coincidieron en su destino de Bilbao un juez Marlasca joven e impetuoso y un capitán de la Benemérita cuyo honor era –y es– su divisa. Y que algo sucedió en una calle. En la calle suceden muchas cosas que terminan en un cuartelillo o una comisaría. La maldita calle, fragua de amores, jardín de pesares. Esa calle que el gran Rafael de León, que no era gay sino marica de los de toda la vida, definió con su arte en «Toíto te lo Consiento»”. No podía faltar la grosera alusión final.