Hace unos días, cuando me dirigía a trabajar, pasé junto al colegio Ursulinas, dirección Mendillorri, y cuál fue mi sorpresa que, por lo que alcancé a ver desde el otro carril, habían cambiado los guardias dormidos que se encuentran a la altura del mismo centro educativo pero en dirección al Tenis. ¡Bien!, pensé. Ya no tendré que parar el coche en seco y meter primera y aun así soportar un tremendo bote. Por la noche, regresaba hacia mi casa, intrigada por la mejora que habrían llevado a cabo en dicho badén. Sin embargo, todo mi gozo en un pozo. Ahora, en vez de un guardia dormido hay dos, igual de elevados o más que el que había antes. Así que tendré que seguir parando en seco, metiendo primera y acordándome de toda la parentela de quien haya tenido la genial idea de colocar ese obstáculo allí.