En apenas dos meses asistimos a la celebración de dos grandes conferencias mundiales. Por un lado estos días ha tenido lugar la reunión del G-20 en Osaka (Japón) mientras que a finales de agosto, concretamente del 24 al 26, está programada la cumbre del G-7 en Biarritz. En ambos grandes eventos quienes mandan en el mundo aprovechan para cerrar sus particulares agendas del gran capital de espaldas al resto.

Todo ello en un contexto europeo donde la extrema derecha juega con cartas muy cómodas para sus intereses y con una clase política dirigente continuamente obcecada en señalar al desposeído como origen de todos los conflictos.

Seguirán pujando por más privatizaciones, continuos tijeretazos en derechos sociales, civiles, políticos y laborales, devastación de recursos naturales, cierre y militarización de fronteras y castigo a quienes huyen de sus esquilmados países.

Nuestra opinión no cotiza en bolsa, nuestras decisiones tampoco, nuestras vidas menos. Por eso se quieren juntar en Biarritz, Trump, Merkel, Macron y compañía. Y seguir apostando en el casino con los recursos del resto.

¿Seguiremos impasibles sin mover ficha?