hay otras cosas importantes -muy importantes a veces- que suceden lejos de Navarra, pero que son también parte de nuestras propias cosas importantes. Una nueva batalla de las ideas y la democracia se desarrolla en el mundo. Si ya las informaciones, reportajes y análisis previos a las elecciones legislativas de EEUU en los principales medios de comunicación españoles fueron bastante limitadas y pobres, tampoco sus valoraciones de los sucedido en esa jornada electoral han estado después al alcance de su importancia. Es cierto que la prevista marejada demócrata se quedó en marejadilla y eso, junto a la victoria republicana en el Senado, ha servido para limitar el éxito de su victoria en el Congreso. Pero ello no impide observar que el discurso y la estrategia políticas de Trump tienen limitaciones que serán aún más hasta las presidenciales de 2020. Y que el malestar con Trump, uno de los gobernantes más impopulares de la historia en EEUU, ha movilizado el voto joven, progresista y femenino en favor de los valores de la igualdad y la democracia con el resultado de un Congreso con más mujeres y diversidad que nunca antes. Seguramente, Trump no sufrió una derrota definitiva, pero sin duda su modelo político y su influencia salen seriamente tocados de esas legislativas. Fue el perdedor de la jornada. Los demócratas han encontrado un discurso político avanzado -en algunos candidatos con señas más a la izquierda incluso que el discurso plano actual de la socialdemocracia europea-, que ha movilizado a la sociedad e impulsado su interés por la política. Hace 15 días votaron 114 millones de personas frente a los 84 millones que votaron en las elecciones del 2014. Incluso en el Senado, donde los republicanos aumentaron su mayoría conservadora, los demócratas sumaron millones de votos más, 40.558,262 (55.4%) frente a 31.490,026 (43%) de los republicanos. Hay espacio, ideas y votos para lograr que la verdad se imponga a la postverdad. En estos tiempos oscuros para el periodismo y la política en los que la información basura, las mentiras, los políticos tóxicos, los fake news, los anónimos cobardes, los bulos y rumores y los fondos de reptiles que pagan y compran a periodistas y medios -basta ver el último ataque, uno más, contra el programa de coeducación contra el machismo y la igualdad Skoale en Navarra-, la democracia, la expresión de la voluntad democrática de los ciudadanos y ciudadanas libres, es la mejor esperanza. En EEUU se ha roto una racha sucesiva de victorias de personajes y discursos ultras y neofascistas en el mundo. Falta ahora que los demócratas encuentren un candidato o candidata a la presidencia capaz de competir con Trump. En eso, Trump aún les lleva ventaja. Evidentemente, Navarra tiene sus propias claves políticas, sociales, culturales y electorales y seguramente aún mantiene una burbuja de bienestar y cohesión social muy superior a la media de EEUU -por mucho que no lo acepten los apóstoles del apocalipsis foral- y precisamente por ello creo los navarros y navarras deberíamos afrontar las elecciones sabiendo que ambos juegos, el propio de Navarra y el general en el mundo, son hoy uno solo. Nos jugamos mucho, o seguir intentando construir un futuro mejor para nosotros y para las nuevas generaciones que vienen o regresar a ese oscuro pasado donde ya han llegado otros para mal.