Conservador en lo ético, liberal en lo económico y progresista en lo social. Así se definió astutamente UPN como sigla de amplio espectro e impronta gubernamental para nutrirse de las gentes adineradas, la clase media urbana y el tradicionalismo rural. Un trípode ideológico enmarcado en la Navarra foral y española, nótese que por ese orden, lo que se traducía en un dique de contención a la sensibilidad vasquista de Navarra con éxito en las urnas tras la corrupción socialista. Pero hete aquí que, ante la corrosión de UPN en los estertores del barcinismo y el desplome del PSN por sus seculares complejos con el regionalismo, Barkos accedió en 2015 a la Diputación al amalgamar un cuatripartito y que bajo su presidencia, aun con los lógicos claroscuros en la gestión, no se han cumplido los augurios catastrofistas que aventó la derecha multiforme. La resultante es que a UPN no se le ocurrió nada mejor para intentar recuperar el poder que le da sentido que compartir pancarta con quienes abjuran del Fuero, e incluso pretenden erradicar las autonomías, en una movilización para exigir la salida de la Moncloa del que le puede granjear la presidencia en Navarra. Y además perseveró en esa pulsión suicida al votar en el Senado junto a esos mismos negacionistas del autogobierno en contra de las transferencias a la CAV recogidas en un Estatuto de Gernika que, como el Amejoramiento navarro, consagra la bilateralidad del Estado con las comunidades históricas reconocida constitucionalmente. Un error garrafal al confundir unidad con uniformidad en perjuicio de nuestra Comunidad Foral, además de una contradicción formidable porque UPN perpetra ahora con la CAV la injerencia que denuncia justo a la inversa. Así que el regionalismo se suma por partida doble a los laminadores del autogobierno constitutivo del elemento de mayor consenso en Navarra, socavando una seña de identidad capital, y se alinea en el frente antisocialista cuando sin el PSN seguirá penando en la oposición al margen de los votos que recabe. La estrategia pareciera más propia de quien detesta a Esparza.