y vuelta la burra al trigo, por Navarra Suma y en particular UPN con el Tráfico. Cuando el PSOE y el PNV no han pactado nada relativo a ese traspaso que no hubiera acordado Sanz con Aznar en 2000 y con Zapatero en 2005, sin que luego se materializara. Ahí justo radica la diferencia, en que en esta legislatura por fin va a devolverse a Navarra una competencia que la dictadura sustrajo hace 58 años y ahora cifrada en 12 millones anuales en multas a ingresar. Una restitución ya en trámite, con el compromiso público de que a los guardias civiles que deseen seguir en Navarra se les destinará a otras unidades para continuar ejerciendo aquí. Queda pues acreditado el tráfico de falsedades de las derechas a propósito de la reversión de un atropello a Navarra, incluso a costa de cuestionar las capacidades de la Policía Foral, al parecer el baluarte del autogobierno para UPN sólo si el Cuerpo está bajo su mando. Aunque subyace sin embargo la duda de cuánto puede persistir Navarra Suma en esta estrategia mendaz, sostenida sobre la ficción de que la tríada conservadora gozaría de mayor legitimidad democrática que los tres socios de gobierno cuando entre PSN, Geroa Bai y Podemos aglutinan 20.000 votos largos más. El teorema del apocalipsis cala cada día menos, con Navarra liderando la merma autonómica de paro porcentual y las previsiones de crecimiento reforzadas ante la inminente aprobación de los Presupuestos, pero la derecha trifásica prosigue a toda velocidad en dirección contraria. Opuesta a la realidad soportada en datos y por la hemeroteca, además de a la sociología plural de esta tierra diversa.