tra bronca política absurda. Navarra -y la CAV-, asumen la gestión del nuevo Ingreso Mínimo Vital que pone en marcha el Gobierno central tras un acuerdo con el Gobierno de Navarra y un pacto entre PNV y PSOE-PSN que garantiza la capacidad de gestión propia de la Hacienda Foral en esta cuestión. Es una noticia sólo positiva para Navarra y para los intereses generales de la sociedad navarra. Es positiva económica y presupuestariamente, porque permite a Navarra compaginar los recursos presupuestarios propios y los derivados de esa nueva renta mínima estatal. El acuerdo evita el riesgo de duplicidades con la Renta Garantizada de Navarra y garantiza el control y la eficacia sobre el destino de esos recursos. Que es de lo que trata, de gestionar los recursos públicos, atendiendo a las necesidades de las personas solicitantes en situaciones de pobreza y exclusión, controlar su destino sin duplicidades y engaños y su uso para abrir puertas para poder salir de esa situación. En Navarra se aplica ya y no sólo no ha desincentivado la búsqueda de empleo como propagan la derecha y el liberalismo insolidarios, sino que es la comunidad con menor tasa de paro del Estado. Navarra no sólo gana un espacio más de autogobierno con la gestión de la transferencia del nuevo Ingreso Vital del Estado, también gana recursos presupuestarios en un momento complicado de crisis social y caída de los ingresos fiscales. Que la mayoría política navarra apoye y ponga en valor la medida con 30 de los 50 escaños de la Cámara foral es un reflejo del estado de la opinión púbica navarra en la defensa del régimen foral. Que UPN se haya sumado a sus socios de PP y Ciudadanos en la crítica es un ejemplo más de su inutilidad política actual. Que García Adanero arremetiese contra el PNV y el PSOE al conocer el acuerdo sólo refleja su incapacidad de influencia en Madrid. O no se enteró de las negociaciones o si se enteró no tuvo capacidad alguna de participar. Las dos opciones son penosas. Acusar al PNV de no existir en Navarra es simplemente, otra vez, falso. Las mentiras son mentiras por mucho que se repitan. El PNV es parte de Geroa Bai, coalición a la que representa el presidente del Parlamento de Navarra, un vicepresidente y otros tres consejeros en el actual Gobierno foral -que la pasada legislatura tuvo como presidenta a Uxue Barkos-, y numerosos alcaldes y concejales en los ayuntamientos navarros. Es más, la realidad es la contraria a la que quiere vender Navarra Suma. Posiblemente, el PNV disfruta ahora, gracias al papel en la política navarra de la coalición Geroa Bai, de la mayor presencia institucional en sus más de 100 años de historia en Navarra. Por cierto, decenas más que UPN, PP y Ciudadanos juntos. Un valor para conservar y hacer política en positivo. Que el PNV haya sido el artífice de un acuerdo en Madrid de interés general para Navarra pone en valor su utilidad política como contrapunto a la inutilidad de los dos diputados de Navarra Suma. Más aún si la crítica se centra en la falsedad: el acuerdo es bueno para el autogobierno foral de Navarra y malo para quienes llevan años tratando de eliminar el régimen foral como el PP y Ciudadanos, precisamente los dos socios de UPN en esa surrealista coalición de contradicciones que es Navarra Suma. La política tóxica lo empaña todo. Pero sobre todo es inútil para la sociedad. Es un camino político de perdedores.