asi con la resaca de los fastos del medio siglo de la llegada del hombre a la Luna, territorio inexplorado aún y al que la Guerra Fría le sisó los recursos necesarios para su verdadero descubrimiento, las superpotencias ya han iniciado una carrera espacial con destino en Marte. Con el planeta en vilo a causa de un virus que supondrá una lacra para la especie humana y del que tardaremos en recuperarnos vital, social y económicamente, China ya se ha lanzado a la conquista del planeta rojo. Una misión con reminiscencias maoístas, Larga Marcha, se ha marcado como objetivo orbitar, aterrizar y explorar su superficie. Al cohete no tripulado lanzado ayer le esperan siete meses y 400 millones de kilómetros de viaje. El objetivo es analizar un gran lago de agua helada y determinar posibles condiciones de vida. En la larga marcha a Marte también andan implicados EEUU, Rusia, Europa e incluso Emiratos Árabes. Ingentes cantidades de dinero para averiguar qué hay más allá sin resolver mínimamente los numerosos problemas terrenales. Sobre todo cuando muchos de estos experimentos tienen una vertiente más propagandista que científica. Los misterios del universo son insondables pero hay que empezar por los resolver los de este planeta. Trabajo hay de sobra. Más que recursos.