amos bien. Razonablemente bien. Caminamos hacia un escenario post pandemia. Los datos señalan un avance hacia una recuperación rápida. Lo que los entendidos de estas cosas llaman en V. Posiblemente, el mundo que deje atrás la pandemia del coronavirus sea diferente al de hace 20 meses en muchas cosas, desde el modelo de convivencia social al modelo de prioridades en la salida de la crisis. No está todo hecho aún. El coronavirus seguirá entre nosotros, pero la inmunidad de la población con las vacunas acabará convirtiendo una pandemia descontrolada en una epidemia como otras estacionales o comunes. Sólo quienes no han recibido las dosis de las vacunas seguirán en riesgo de desarrollar consecuencias graves. Aún quedan 64.000 navarros y navarras por recibir los sueros, a los que será complejo convencer si no se ha conseguido ya. Eso es así. En ese escenario post pandemia, la gestión sanitaria de la crisis seguirá siendo una preocupación, pero la prioridad política se traslada ya a la recuperación económica y la equidad y bienestar social. De hecho, ése será el eje en el que el Gobierno de Navarra centrará el debate sobre el Estado de la Comunidad de los próximos 4 y 5 de noviembre. Tiene dos claves claras. El empleo, en primer lugar, con la mirada puesta en la reducción de la tasa de paro por debajo del 9%. Navarra ha recuperado los índices previos al coronavirus, pero su mercado de trabajo sigue teniendo problemas estructurales en la precariedad laboral de los jóvenes, la reducción de los salarios, en especial de los nuevos trabajadores, en el desequilibrio laboral entre hombres y mujeres y el desentendimiento del desempleo entre los mayores de 50 años. También ha recuperado el PIB foral previo a la crisis sanitaria, pero igualmente hay que aumentar el peso de la industria por encima del 30% y ello exige transformar también el tejido industrial y nuevos nichos de inversión pública y privada con una fiscalidad que equilibre la necesidad de ingreso y la progresividad y la redistribución justa de la riqueza con una competitividad atractiva, pero también eficaz y honesta. Y en el horizonte, la necesidad de abordar la realidad demográfica en todas sus aristas, con especial atención a la realidad del envejecimiento poblacional, las políticas de natalidad, la inmigración y la formación laboral y académica. Llegan bajo el brazo los fondos europeos para ese nuevo tiempo. Impulsarán la inversión pública en infraestructuras pendientes, como la red ferroviaria, el Canal, la transformación del coche eléctrico o la transición energética (o lo que acabo siendo ese término). Serán millones de euros que necesitan de una gestión eficaz y transparente que anteponga el interés general a los chiringuitos particulares. La transparencia es la mejor garantía de honestidad y el mejor antídoto ante la tentación de la simple propaganda y el oscurantismo. Los gabinetes de comunicación siempre echan mano de la propaganda. Bombo y platillo es lo fácil. Pero ese camino suele tener recorrido corto. La información acaba desvelando las trampas de la propaganda y poniendo al descubierto los entresijos más innobles del oscurantismo. Harán bien en no olvidarlo el Gobierno de Chivite y los partidos que lo apoyan. Hay mucho en juego en este segundo tramo de una Legislatura muy importante para el futuro socieconómico de Navarra.