Tranquilos todos. Que nadie se preocupe o salte de alegría tras leer este título. La Universidad Pública de Navarra ya tiene una Facultad de Ciencias de la Salud, que es la que impartirá el Grado de Medicina más pronto que tarde. Y comienzo este artículo de opinión de este modo porque en este debate absurdo que enmaraña y polariza innecesariamente a la opinión pública sobre los estudios de Medicina, uno de los argumentos que se exhibe es que en España sobran facultades de Medicina. Suelen decirlo especialmente los que ya tienen una cerca, y han peleado por conseguirla. También muchos estudiantes, que ya están dentro, que se han olvidado de que solicitaban un incremento de plazas cuando estaban fuera.

Desde una posición exclusivamente académica y socialmente responsable, que es la que me corresponde, he defendido siempre la necesidad de estudios de medicina públicos en Navarra. Y eso es así principalmente porque no podemos aspirar a tener el sistema público de salud que hoy día necesita Navarra, si éste no tiene a su lado un potente sistema universitario también público que apoye la investigación biomédica y genere, forme y atraiga el talento necesario. Y el ejemplo y la prueba de que eso tiene que ser así lo tenemos muy cerca, también en Navarra, pero en el ámbito privado.

Ésta, formulada de forma tan simple, es la mayor y más poderosa de las razones para defender Medicina en la UPNA. Por eso, enfrascarse en el debate de si sería más barato becar a los estudiantes navarros para que fueran a otras universidades, de si ya tenemos en Navarra una Facultad de Medicina, de si vamos a pagar con nuestros impuestos a estudiantes de otras comunidades, es ni más ni menos que no entender nada, o tratar de confundir. Mutatis mutandi, es el mismo debate que surgió cuando se creó la UPNA. ¿Se opondrán, y equivocarán también, los mismos que entonces lo hicieron?

Ciñéndonos a los argumentos puramente formativos de los estudios de Medicina, formar a 60 estudiantes cada año (es la previsión), ni altera el sistema en Navarra, ni mucho menos el nacional. Y no, ni sobran facultades, ni estudiantes de Medicina. Frente a otros datos interesados, la empleabilidad de los estudiantes de Medicina es del 93%, y el paro el 0,6% en 2014 (no todo es el MIR). La tasa de estudiantes por 100.000 habitantes es de 9, por debajo de la media de la OECD33 (10,6) y lejos por ejemplo de Austria con 19,9. El número de médicos por 1.000 habitantes es de 3,2, en niveles parecidos a Noruega, Suiza, Alemania o Austria.

Podría aportar muchos más datos, pero no quiero alejarme del argumento principal. Navarra es una comunidad que ha apostado de forma rotunda por el sector de la Salud como un pilar en su desarrollo social y económico. La Universidad Pública de Navarra lleva tiempo alineándose a esa estrategia y se ha implicado en Navarrabiomed (investigación pública) y en IDISNA (colaboración público-privada). Los resultados ya son apreciados, valorados y reconocidos por muchas entidades y por la sociedad en su conjunto. Los estudios de Grado en Medicina son una condición necesaria para lograr ese fin último de una comunidad con un sistema de salud puntero, que además genere valor económico.

En la Universidad lo tenemos muy claro, y por eso me molesta y decepciona que se siga debatiendo con este asunto desde posiciones espurias y trufadas de apriorismos. La UPNA está poniendo en marcha en un corto periodo 8 nuevos grados, fruto de un serio y riguroso análisis en el que se ha tenido en cuenta la demanda de estudiantes, la empleabilidad de los egresados, la estrategia regional de especialización inteligente (S3) y por supuesto los recursos disponibles. A (casi) todo el mundo le han parecido bien y han aplaudido 7 de esos grados. Me pregunto por qué con uno solo de ellos se está generando tanta presión a la Universidad. Es una pregunta retórica, claro.El autor es rector de la Universidad Pública de Navarra (UPNA)