Pedir responsabilidades a quienes las tuvieron no es condenarles a sufrir daños colaterales. Más si cabe, cuando ha sido la sociedad navarra la que ha sufrido un daño directo e irreversible, como la pérdida de su principal instrumento financiero debida, en buena parte, a la incompetencia de sus gestores y a la dejación de responsabilidades de los principales patronos de la entidad, que no vigilaron, no debatieron, no controlaron y, eso sí, cobraron como si lo hicieran en el Chase Manhattan Bank.

La Comisión parlamentaria lo que ha hecho es constatar y documentar lo públicamente denunciado en su momento, ampliando las acusaciones.

Los elementos probatorios han quedado claros, no por supuestos, sino como ciertos: voluntad de manejar políticamente la entidad; omisión del control sobre la gestión; política de prejubilaciones y contrataciones nefasta; inversiones fuera de tiempo y lugar; expansión ruinosa; aumento de directivos y, sobre todo, de sus salarios; dietas alegales para responsables políticos infumables? que, si no llega a ser por las denuncias públicas, seguirían existiendo (Sanz se las había asegurado hasta los 75 años, ¡más vale que fue quien despolitizó la entidad!).

Llámenlo como quieran, pero las pruebas son tan contundentes que deberían avergonzarse, desde UPN/PSN, de intentar desviar la atención sobre quienes denunciaron, en lugar de asumir sus propias culpas.

Sobre el derecho de las personas a no sufrir estigma social, les diríamos por ejemplo que sobre el caso de Can ha habido condenas mucho más graves, sin juicio ni tan siquiera acusación, con secuelas personales infinitamente más dolorosas que las que pesan sobre quienes fueron responsables de la desaparición de la entidad.

Empezamos a ver el juego sucio en el caso Cervera, con cuya carrera política acabaron de un, también sucio, plumazo; intentaron manchar la profesionalidad y honestidad de los anteriores gestores de Can, especialmente la del exdirector López Merino, quien ha sufrido ataques como si fuera él el responsable del desastre; por no hablar de la vendetta corrupta que está padeciendo el portavoz de Kontuz, a quien le han robado su trabajo y forma de vida sin que nadie de UPN/PSN se ruborice. A los prolíficos articulistas de estos partidos, les decimos que tampoco a estas personas se les ha demostrado, ni siquiera acusado, de “comportamiento irregular, aprovechamiento impropio?”.

Y, además, mientras que Goñi sigue ganando en Criteria 700.000 euros al año; Asiáin se llevó en dietas lo que no está escrito; Barcina ha sido recolocada gracias a las puertas giratorias, y Sanz cobra más que antes en consejos de conocidas empresas navarras, los que se atrevieron a denunciar, que esos sí que no tuvieron ninguna responsabilidad, siguen sufriendo como nadie las consecuencias de su denuncia pública y ante los tribunales, algo que entendemos legítimo en un sistema presuntamente democrático. ¿De qué Derecho nos hablan? ¿De qué presunción de inocencia? ¿De qué indefensión? ¿De qué honorabilidad? ¿De qué dignidad y honor?

Y claro que Can era el Régimen en su esencia. Así se prueba en El Banquete, con actas de Can en las que se deja claro que no van a permitir a nadie, que no sea de UPN y PSN, en la entidad para evitar cualquier tentación de fusión con las vascas; se evidencia en la política de nombramientos y retribuciones; y se consolida en la absoluta opacidad durante años, a pesar de la exigencia, que en un principio fue solo eso, de Kontuz y otros agentes, por conocer la situación de Can.

Y sí, los responsables fueron estos partidos, sindicatos y confederación de empresarios que han jugado con la Caja como si fuera suya, cobrando dietas millonarias por dejar hacer una gestión megalómana, que culminó en la desaparición de la entidad. Porque está probado que varias personas, que siguen en el candelero sociopolítico de Navarra, cobraron muy por encima de sus capacidades y esfuerzos para no hacer lo que debían, que era controlar una entidad, que recibieron en buenas condiciones, y la abocaron al desastre.

Y no olviden que la juez navarra imputó a los 4 dirigentes políticos por cohecho y el Tribunal Supremo les absolvió “sin entrar a valorar la ética de lo sucedido”, y que la Audiencia Nacional sigue investigando los hechos por iniciativa de la Fiscalía y la UDEF.

Lo más triste es que lo dicho sobre el asunto por el PSN es igualito a lo argumentado por UPN. Siguen siendo Régimen, que nadie lo olvide: PSN=UPN.

PD: Por cierto, las denuncias de Kontuz fueron compartidas por UPyD, ahora en su mayoría en Cs, socios políticos ahora de UPN/PP. ¿Tienen algo que decir al respecto?

Firman este artículo: Cándido Erro Martinicorena y Mertxe Urzainqui Zozaya En nombre de Kontuz!