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Alzuza/Altzuza. Acción y tradición

Los 347 concejos en Nabarra articulan una peculiaridad administrativa proveniente de la estructura del Reino, células vivas del entramado social que va de la vigilancia de lo individual a lo global. El valle de Egüés/Eguesibar, con una población de unos 20.000 habitantes por la crecida de Gorraiz y Sarriguren, que le supuso ser el tercer municipio de Nabarra, está situado en la parte occidental de Nabarra, a 9 kilómetros de Pamplona/Iruña, en la Merindad de Sangüesa/ Zangotza, partido judicial de Aoitz.

Los concejos son: Alzuza, Ardanaz, Badostain, Egues, Elkano, Elia, Ibiriku, Olatz y Sagaseta, poblaciones con documentación del S. XII, iglesias románicas, destacándose la de Elkano por su belleza gótica debida a una reconstrucción del S. XVI: ábside poligonal, bello rosetón y la reja plateresca del presbiterio que la singularizan. Es un valle fértil donde se ha cultivado vid y cereales y por el que transcurría el Camino Real: la última reina de Nabarra, Catalina de Foix, pernoctó en Egues en su trajinar desde la Baja Nabarra para ser coronada en la Catedral de Pamplona/Iruña, en guerra civil azuzada por el de Lerín, y en un caluroso julio de 1512 trajinó su regreso, por la misma ruta, hacia Donibane Garatzi, la llave del reino, invadida la parte sur por el duque de Alba.

Alzuza/Altzuza está situada en un alto, entre los barrancos de Andazelai y Alzueta cara al sol del mediodía, clima pirenaico con ráfagas mediterráneas, iglesia del S.XII dedicada a San Esteban, restaurada, y un caserío palaciego. Su superficie se estima en unas 256 hectáreas, 89 de monte maderable administrado por su concejo. Compuesto por el viejo pueblo con gran transformación debido a la construcción de casas y a la implantación del Museo Oteiza, en 2003, cobijo de la obra de Jorge Oteiza: reproducciones de las figuras de la Virgen y 14 apóstoles de Arantzazu, colección de 1.690 esculturas, su archivo y objetos personales como su escritorio y biblioteca. Es museo activo, dependiente del Gobierno de Nabarra, con un Centro de Estudios cuyo objetivo es conservar la obra oteizeana e impulsar investigación sobre ella. En el primordial caserón de piedra del S. XVIII, Oteiza se refugió con su esposa Itziar para disfrutar de su vejez, cercano al Hogar del Misionero que en la antigua Adamerena, contigua a la iglesia con su pozo de agua, instalaron los Salesianos. Enamorado del paisaje, recuerdo, entre tantas cosas a recordar, cuando diseñó la fuente, frente al hoy Museo, impulsado por el deseo de que las aguas de Altzuza calmaran la sed de caminantes y águilas perdiceras. Para todo animal, hombre y mujer que anhelara agua y cultura. Vida y sueños. En 1972 un arquitecto joven, Fernando San Martín, tuvo una visión: construir en los campos de cereal, en Eperlarrea /campo de las perdices, una urbanización para aquellos matrimonios con niños que buscábamos una educación conforme a la ecología que venía: integrarnos en el paisaje, cuidando que nuestras luces no afectaran a los búhos, ni que nuestros ruidos determinaran un cambio del curso de las grullas o damas grises que cruzan el cielo de Alzuza en otoño y primavera anunciando el cambio del tiempo.

No hacía mucho que la toma de luz alcanzaba al pueblo viejo, y la carretera continuó siendo por años un vericueto que cruzaba el río Urbi hasta acceder a lo alto, pero el efecto llamada estaba hecho: las monjas benedictinas, devenidas de Lumbier, instalaron su monasterio de Santa Magdalena y se construyó Alzuza II. Somos 302 habitantes. Ha prevalecido pese a los cambios la idea del concejo para mantener vigilancia de los bienes comunes, explotación de madera y reforestaren en un sitio en que la oveja y su crianza dejó el suelo tan yermo que un día de primavera los de Errikotxiki celebramos el nacimiento de la primera rosa. Pequeñas pero grandes gestas administrativas que obligan a un grupo de vecinos, en este caso 5, elegidos por votación en las elecciones municipales, a ocuparse y vigilar del bien común. De establecer contacto con el Ayuntamiento del valle y el Gobierno de Nabarra, transmitiendo quejas, peticiones y observaciones de los vecinos sobre los sucedidos de la mínima parte que habitan y gobiernan.

Se han sucedido personas valiosas en los cargos del concejo sin otro afán ni otro pago que la satisfacción del deber cumplido. Construidos una carretera y un camino peatonal, en los últimos cuatro años se ha realizado la obra de reconstrucción y mantenimiento del cementerio cuyo muro del S.XVIII se derrumbaba, así como un asidero de hierro para acceder a la iglesia. Sin una resolución final al gusto general, está pendiente agilizar el asunto del transporte. Se redacta con precisión la previsión de gastos y los generados, presentándose con diligencia al Ayuntamiento y Gobierno. Al margen de esta actividad administrativa, se organizan las fiestas patronales, con sus gigantes, uno de ellos representa a Oteiza, amenizadas por la banda de txistularis del Ayuntamiento, y la reunión vecinal cordial en torno a un ágape sabroso, en las gradas del Museo, con una amplia panorámica del hermoso valle que disfrutamos. Ha habido actividades culturales: charlas ilustrativas de los sucesos culturales que nos afectan y sobre el curo de las aves migratorias que nos ocurren.

Al margen de la política, conscientes del respeto a cada quien por su ideología, el concejo de Altzuza ha demostrado una vez más su buen quehacer y su responsabilidad ciudadana. Me alegro de haber formado parte de la larga lista de sus valiosos componentes.

La autora es bibliotecaria y escritora