La economía española atraviesa un buen momento. Nadie puede asegurar que este ciclo sea duradero, ni que ese sólido crecimiento vaya a mejorar de forma sustancial la vida de los ciudadanos, pero lo cierto es que los datos macros son sobresalientes. El nuevo escenario de tensiones comerciales, a raíz de la escalada arancelaria emprendida por Donald Trump, está golpeando a la economía europea, pero la exposición comercial directa de España a Estados Unidos es limitada y menor que la de otras grandes economías de la Unión Europea. La Comisión Europea ya estimó que el PIB español se expandiría un 2,6% este ejercicio, una cifra que casi triplica la media de la eurozona, aunque el Banco de España lo acaba de dejar en el 2,4%, al tiempo que ha rebajado en una décima su estimación de 2026, al 1,8%, ante un contexto marcado por los aranceles y la incertidumbre sobre las políticas económicas futuras a nivel global.
En 2023, el PIB agregado de España sumaba 1,62 billones de dólares y ocupaba el puesto decimoquinto de la clasificación global de PIB, a más de 100.000 millones de distancia de México, Australia y casi 200.000 millones respecto a Corea del Sur. El crecimiento del PIB del año 2024 y las buenas previsiones para este año han llevado a que el FMI vuelva a situar a España entre las doce economías más grandes del mundo. El fuerte aumento de la población y la fuerza laboral, el boom del turismo y los fondos europeos están detrás de este salto que se va a materializar este 2025, año en el que el crecimiento va a seguir siendo robusto. El FMI espera que el PIB nominal de España alcance los 1,8 billones de dólares este año, superando a todos sus perseguidores y realizando este triple sorpasso.
En el año 2013 España seguía sufriendo los fuertes coletazos de la crisis económica que estalló en 2008. Mientras, en Corea del Sur se produjo el gran milagro económico que llevó a que los expertos llegasen a pronosticar que este país se convertiría en la octava potencia mundial. El país asiático era una potencia en pleno auge, alabada por instituciones y economistas por su fortaleza económica, estabilidad política y gran competitividad en los mercados globales de bienes. Hoy, la situación es diametralmente opuesta; mientras la economía española crece con cierta intensidad desde el fin de la pandemia del covid, Corea del Sur no encuentra el camino. La inestabilidad política, el empeoramiento del comercio internacional y el envejecimiento de su población se han convertido en los factores que lastran su economía. Además, la economía de España va a adelantar este 2025 a Corea del Sur tanto en PIB per cápita como en PIB agregado. La agresiva política arancelaria de la administración de Trump está generando gran incertidumbre y afecta gravemente a la economía coreana. El FMI rebajó la previsión de crecimiento de Corea para 2025 del 2% al 1%, citando su vulnerabilidad a las perturbaciones del comercio mundial. El año pasado España ya recortó con intensidad la distancia con Corea del Sur, gracias a una intensa creación de empleo. Por el contrario, la economía de Corea del Sur se estancó. Este año se espera que el PIB per cápita de España supere los 36.000 dólares, mientras que el de Corea del Sur se quedará en la zona de los 35.000.
España se mantendrá entre las doce mayores economías del mundo durante todo el horizonte de la proyección, que llega hasta el año 2030. Este vaticinio está basado en una demografía expansiva. El FMI calcula que la población española crecerá en 3 millones de habitantes en cinco años. El aumento de la población (producto de la inmigración) incrementará la fuerza laboral de España y el PIB aumentará con intensidad. El propio FMI vaticina que la renta per cápita de los españoles aumentará desde los 36.000 dólares actuales hasta los 42.300 de 2030, un aumento que si se cumple ayudará a mantenerse como la decimosegunda posición global.
Los poderes fácticos de este país intentan convencer a la sociedad de que el supuesto milagro económico español post covid es un castillo de naipes que amenaza con desplomarse y que el robusto crecimiento del PIB en 2024 es un espejismo que se ha basado en un gasto público que no genera riqueza sostenible y que las políticas de subsidios y transferencias, diseñadas con un único propósito electoral y de gobernabilidad, han engordado el déficit y la deuda nacional, mientras sectores claves como la industria o la innovación siguen languideciendo. Existen poderosos sectores de la sociedad que no asumen lo que afirman instituciones tan serias como el FMI, entre otras. Pero, hay un factor innegable que está impulsando la economía española y es la demografía. Ese es el auténtico milagro español que algunos no previeron. Según las proyecciones publicadas por el INE, España superaría los 50 millones de personas en 2032. Porque no solo llegan a España personas de países africanos o latinoamericanos sino también de países europeos, como Italia. De este país transalpino llega un flujo de población relativamente joven que busca experiencias en un país cercano y muy afín culturalmente. Hoy son más de 325.000 personas con pasaporte italiano que viven en España. El país ibérico no solo atrae por su calidad de vida, sino también por ser un país con derechos consolidados y una mentalidad abierta.
El autor es economista