El acuerdo de PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, con la abstención de Bildu, para la formación de un nuevo gobierno en la Comunidad Foral, supone la apertura de un nuevo ciclo político de gran trascendencia para Navarra.

A partir de los cambios que han supuesto los resultados electorales del 26 de mayo en relación al periodo anterior, y con el objetivo de dejar a la derecha navarra agrupada en Navarra Suma fuera del Gobierno, ha sido necesario tejer una nueva confluencia de fuerzas diversas y plurales. No han sido pocas las dificultades que ha habido que superar para forjar este nuevo escenario, pero finalmente se ha logrado un acuerdo de programa de legislatura satisfactorio para el conjunto de fuerzas que merece nuestro apoyo y compromiso para llevarlo a cabo.

A este agrupamiento se suma la actitud constructiva de Bildu aportando su abstención para la investidura de María Chivite, pese a la condición impuesta unilateralmente por el PSN de no contar ellos en la preparación del programa y en la conformación del Gobierno.

Esto hace que de una u otra manera se haya alcanzado un acuerdo histórico que aísla a la derecha navarra y que, en su desesperación, hoy se revuelve rabiosa ante su propia soledad y la perspectiva de verse alejado del poder al menos cuatro años más.

Lo ocurrido tiene una importancia especial porque, a partir de los resultados electorales del 26 de mayo, supone un reajuste de las alianzas que nos permite un salto respecto a la etapa anterior. Frente a los 20 escaños de Navarra Suma, la nueva apuesta de gobierno tiene de entrada el respaldo de 23 escaños y, es de esperar que, dada la actitud de oposición destructiva de Na+, lo habitual sean acuerdos a 30 parlamentarios los que impulsen las principales iniciativas. Podemos decir que el que se ha puesto en marcha es de entrada un gobierno que agrupa a las izquierdas y al nacionalismo, y que pese a su fragilidad, puede tener de facto más apoyo electoral, ser más integrador, más plural y más centrado que el anterior cuatripartito.

En cualquier caso, la experiencia que acabamos de iniciar tendrá que consolidarse en el transcurrir de su propia andadura, y lo más probable es que se vea sometida a no pocas tensiones internas y fuertes presiones externas de poderes económicos y de los potentes aparatos mediáticos existentes en Navarra y del resto de España, que están a pleno rendimiento desde el momento en que se conocieron los resultados electorales. Este es precisamente el reto que tenemos por delante, y que será necesario hacer frente codo con codo, contra viento y marea.

Recientemente, Idoia Mendía, secretaria general de PSE, decía “Que el PSN gobierne Navarra es una cuestión de Estado, somos los únicos capaces de gestionar la pluralidad”. Son declaraciones ciertamente pretenciosas de entrada, pero en cualquier caso deberán pasar la prueba del algodón durante los próximos cuatro años, y eso será lo que dé medida real a sus palabras. Es el PSN el que encabeza el Gobierno, y aunque sobre todos los socios de gobierno descansa la responsabilidad de sacarlo adelante, ellos son la piedra angular para afrontar las vicisitudes que se puedan avecinar.

En algunos sectores de la izquierda y el nacionalismo hay de entrada una cierta reserva ante el camino abierto porque fue precisamente el PSN el que abortó hace 8 años un gobierno similar con el llamado agostazo de 2011 que supuso la defenestración de Fernando Puras al enfrentarse al dictado de su partido en Madrid.

Sin embargo, hemos de reconocer que la nueva orientación de Sánchez a este respecto ha abierto una expectativa de gran interés en lo que afecta a Navarra. El que finalmente hayan decidido no pactar con Navarra Suma pese al beneficio que a todas luces pudiera aportarles a nivel estatal, es una decisión que demuestra que tratan de abrir un nuevo camino que demanda la implicación activa de todo el abanico de fuerzas que peleamos para que las derechas no vuelvan al poder en nuestra comunidad.

Es seguro que en la decisión tomada ha pesado lo suyo el alto precio que hubieran pagado si finalmente se alían con Navarra Suma. Volver a tropezar en la misma piedra hubiera supuesto para el PSN un desprestigio enorme entre las gentes de izquierda y progresistas de Navarra y un hundimiento electoral de largo alcance. Ante la disyuntiva, el tándem Pedro Sánchez-Santos Cerdán-María Chivite, que son quienes han pilotado el proceso, han sido conscientes de ello y han hecho una lectura adecuada de la situación.

En definitiva, a día de hoy, se trata de dejar atrás viejas reticencias que pudieron estar justificadas en el pasado, medir al PSN por las propuestas que presenta en la actualidad, y mirar para adelante con el objetivo de asentar un escenario político que abra un nuevo ciclo duradero, que permita consolidar la convivencia de identidades y el bienestar y el progreso del conjunto de la sociedad navarra.

En el acuerdo programático tenemos que resaltar el amplio consenso alcanzado en las medidas sociales que hay que desarrollar, aunque han quedado aplazados para trabajar acuerdos posteriores en temas como el euskera, y se han acotado las diferencias en asuntos como el TAV, el Polígono de Tiro de las Bardenas o la Banca Pública.

Desde Batzarre apostamos por nuestra máxima implicación en este nuevo escenario de la misma manera que lo hicimos en la legislatura anterior, con la participación de personas de Batzarre en puestos de responsabilidad del nuevo Gobierno y, más en concreto, la presencia de nuestro compañero Txema Mauleón en el departamento de Derechos Sociales. En la consulta realizada al conjunto de la afiliación se ratificó la propuesta de apoyar y colaborar al máximo con el gobierno que se ha constituido en la medida de nuestras posibilidades, siendo parte del día a día del trabajo del nuevo cuatripartito en el desarrollo del programa de legislatura, y en ningún caso desde una actitud de oposición. Trabajaremos denodadamente para alcanzar los objetivos previstos, pero al mismo tiempo estaremos atentos a los incumplimientos y discrepancias que pudieran surgir en el recorrido y que resulten importantes para Batzarre. Nuestro compromiso no deja de lado las prioridades que consideramos en el campo de lo social, económico e identitario, y seguiremos defendiéndolas tanto en las instituciones como en las calles.

Se inicia un tiempo de esperanza e ilusión para las gentes de izquierdas en Navarra. Si acertamos a hacer las cosas bien, se puede abrir un ciclo histórico de largo alcance que nos permita encarrilar nuestra andadura hacia una Navarra más justa, solidaria y feliz.

Miramos con preocupación la situación política a nivel estatal, cada día que pasa parece más claro que estamos abocados a una repetición de las elecciones que el pasado abril dieron como ganador al PSOE y abrieron la puerta a la configuración de un gobierno progresista. Sería un error desde nuestro punto de vista la repetición de las elecciones, y hacemos un llamamiento a los agentes implicados a la responsabilidad, a que se sienten a hablar, a que acuerden, en definitiva, a que cierren la puerta a que la derecha obtenga un resultado mejor que el que tiene y que le deja en la oposición.

Portavoces de Batzarre