La política es cosa seria. Hasta el precio del pan es política, ya que éste viene derivado de las políticas desarrolladas en el sector agrario y que condicionan el valor del trigo, por poner un ejemplo cotidiano.

Por lo tanto, quienes entramos en política debemos ser muy conscientes de que nuestro trabajo, las decisiones que tomamos y hasta nuestra actitud personal influyen en las personas y en su forma de vida. Y esto es así a nivel estatal, comarcal y local.

Es cierto que la labor política está muy desprestigiada por continuos escándalos de corrupción, malversación, clientelismos, puertas giratorias, etcétera, de los partidos tradicionales, y por eso es capital que, sobre todo a nivel local, que es donde mayor es el contacto con la ciudadanía, la política sea ejemplar y respetuosa, cercana y constructiva.

Esto no quiere decir que los miembros de grupos políticos tan diferentes como Navarra Suma (UPN, PP y Cs) y EHBildu debamos ser amigos (que en ciertos casos se da).

Esto tampoco quiere decir que los miembros de grupos políticos tan diferentes como el PSN y EHBildu no podamos hacernos críticas políticas de manera pública. Claro que podemos y debemos hacerlas, pero siempre que se haga debe estar bien fundamentada y argumentada. Y la información que se dé a la ciudadanía debe ser veraz y de interés público, porque de lo contrario se degradaría todavía más la ya de por sí cuestionada labor política.

Recurrir a argumentos tan infantiles como “y tú más”, “tú me hiciste, pues yo te hago” o “si me apruebas esto yo te apruebo eso” no aportan nada positivo a la función esencial de la política, especialmente de la local, que ha de ser la búsqueda del bienestar, la igualdad de derechos y la convivencia de nuestras vecinas y vecinos.

Si no somos capaces de llegar a entendimiento en materias sociales, culturales, participativas o de igualdad porque “tú no me aprobaste esta iniciativa la legislatura pasada pues yo no te apruebo esta otra ahora”, ¿a qué nivel estamos poniendo la política?

El pasado 26 de mayo EHBildu obtuvo unos magníficos resultados electorales (2.009 votos), con un incremento del 4% (378 votos más) respecto a las anteriores elecciones, enorme aumento que nunca nadie había conseguido tras su paso por la alcaldía (la única ocasión en la que también hubo un aumento de votos fue con Castejón y obtuvo solo 60 votos más).

Los resultados avalan la labor realizada durante la legislatura pasada y sitúan a EHBildu como la clara referencia de la izquierda en la ciudad. El ayuntamiento es la institución más cercana a la ciudadanía y la más fácil de fiscalizar, más aún en Estella-Lizarra que nos conocemos todos y todas.

A pesar de estos buenos resultados de EHBildu los números no dieron para repetir la fórmula progresista que gobernó la ciudad durante la legislatura pasada y otorgaron al PSN la llave para seguir incidiendo en una Estella-Lizarra plural, diversa, acogedora y progresista, o, por el contrario, girar bruscamente hacia la derecha con un gobierno dirigido por UPN, PP y Cs que recuperase misas, toros, vetos y el control policial de la ciudadanía. Ya sabemos lo que sucedió.

No lo negaré, pensando en la ciudad la decepción por esta decisión del PSN fue enorme. Pero, como he dicho al inicio, en la política local debemos saber abstraernos de las acciones y decisiones de partidos o personas concretas para seguir buscando políticas progresistas que hagan a nuestra sociedad avanzar en lugar de estancarse. Y ahora mismo el PSN debe ser un actor principal (junto a Geroa Bai) para conseguirlo, por lo que hay que seguir insistiendo con propuestas y puntos de encuentro programáticos.

Eso no quiere decir que deban cesar las críticas políticas de un grupo hacia el otro: EHBildu seguirá haciéndolas cuando considere que el PSN se escora hacia la derecha, algo que en este inicio de legislatura está siendo muy habitual; y el PSN debe seguir haciéndoselas a EHBildu cuando considere que deba hacerlo. Pero, eso sí, en ambas direcciones las críticas deben estar fundamentadas y argumentadas y deben contener información veraz. Y últimamente no está siendo así por parte del PSN; lo digo con absoluta tristeza.

Las continuas insinuaciones públicas por parte de algunos de sus representantes, carentes de la más mínima prueba que las apoye, no hacen más que complicar todavía más una interlocución necesaria para avanzar en sentido progresista y quiero denunciarlo desde aquí.

Insinuar públicamente que en el desarrollo del proyecto de espacio expositivo sobre la historia de la ciudad ha habido directrices ideológicas por parte de EHBildu y no aportar ni una sola prueba de ello ante nuestros repetidos requerimientos en el pasado pleno, no ayuda.

Insinuar públicamente que EHBildu dijo que “haría todo lo posible para que el parador nacional no viniera a Estella” y no rectificar públicamente al demostrarse que no fue así, no ayuda.

Insinuar públicamente que EHBildu hizo una utilización política de la Policía Municipal durante la legislatura pasada y no rectificar públicamente cuando han tenido conocimiento de mucha información directa que precisamente va en la dirección contraria, no ayuda.

Insinuar públicamente que yo como alcalde condicioné al secretario municipal para coartar los derechos del PSN como grupo municipal durante la legislatura pasada y basar dichas insinuaciones en una información del propio secretario en la que les pide perdón, asume que cometió un error de interpretación del reglamento y me exime de responsabilidad, no ayuda.

Insinuar públicamente que el equipo de gobierno anterior (EHBildu, Ahora-Orain y Geroa Bai) pudo detener el caso Oncineda al inicio de legislatura y no retractarse públicamente cuando el propio secretario municipal manifestó en Pleno que los plazos para haberlo detenido se cumplieron antes de las elecciones municipales de 2015, no ayuda.

Como tampoco ayuda insinuar públicamente que el PSN va a pedir una auditoría completa a la legislatura de EHBildu en la alcaldía, basado, como ya he dicho, en una mentira fácilmente comprobable (adjunto captura del acta del Pleno en el que se aprecia claramente que yo advertí al secretario de que hasta entonces la retirada o no de las mociones se venía haciendo de otra manera y que fue él mismo quien argumentó que se hiciera de otra manera, como ya informa al portavoz socialista en su escrito, además de pedirle perdón).

Y no es casualidad que el portavoz del PSN haga estas gravísimas declaraciones un día después del pleno en el que su grupo, junto a Navarra Suma, se opuso a realizar un informe que estudiara posibles responsabilidades personales en Oncineda de las exalcaldesas de PSN y UPN.

Son muchas insinuaciones públicas mediante declaraciones, notas y ruedas de prensa que, como he dicho, no tienen fundamentación veraz y además carecen de opción a réplica inmediata por parte de quien está siendo vilipendiado. Esta actitud de los representantes municipales del PSN hacia EHBildu hace muy difícil una interlocución efectiva para conseguir avances sociales y una institución progresista, pero es nuestra labor, suya y nuestra, seguir intentándolo, con críticas políticas mutuas pero sin mentiras.

A no ser que el PSN no quiera eso y prefiera seguir como hasta ahora junto a UPN, PP y Cs, en cuyo caso no me queda más que tragarme mis palabras y seguir trabajando por conseguir mayorías de izquierdas definitivamente sin el PSN. Exalcalde de Estella-Lizarra