Hagamos un pequeño repaso a la historia de este busto para comprender el titular del artículo. No queremos extendernos en un detalle completo sobre el mismo, pues quizá nos apartáramos del objetivo principal, que no es otro que informar a los navarros que tienen el derecho de tenerlo a la vista porque es suyo. El busto pertenece al Ayuntamiento de Pamplona, con ese fin lo entregaron los herederos de la familia que quedaba de la sobrina de Julián Gayarre, Fermina Gayarre, hija de su hermano Ramón. Vayamos a la historia.

Unos meses antes de morir Gayarre, en junio de 1889, la suerte hizo coincidir en Roma a Mariano Benlliure y a nuestro tenor. El gran escultor aprovechó esos días para modelar un busto en barro de su amigo Julián, que sirvió de base para realizar después, tras un complicado proceso su conversión en bronce. A la muerte de Julián el dos de enero de 1890, Benlliure puso la maquinaria para finalizar el trabajo comenzado. Para el quince de marzo se realiza una función en su honor en el Teatro de la Comedia con la presencia del busto. Quince días después se organizó otra velada en el Círculo Militar con la presencia de Mariano Benlliure. Un grupo de cantantes españoles del Teatro Real, bajo la dirección de Emilio Arrieta, estrenaba para la ocasión una cantata titulada ¡Gloria a Gayarre! El uno de junio de 1890 el busto de Gayarre presidía por tercera vez en Madrid un acto oficial en el salón de actos del Conservatorio, con motivo del homenaje a su distinguido discípulo Emilio Arrieta, director del mismo. En la cuarta aparición pública donde está presente el busto de Gayarre es ya en el Teatro Real, en el aniversario del fallecimiento del roncalés, dos de enero de 1891. Se cantó la Misa de Réquiem de Verdi y después se celebró el acto de homenaje ante el busto del malogrado tenor.

Finalmente el trece de enero de 1892 se le asignó un espacio en el foyer del Teatro Real. Allí estuvo muchos años. En octubre de 1913 desaparece dicha escultura de allí porque se habilita una puerta donde estaba ubicado, haciendo sitio para el paso de carruajes. Años después, hacia 1919, con la instalación de la luz, calefacción, nuevas puertas y cambio de la decoración en el Foyer, se dispuso un bar en el lugar donde estaba el busto del tenor (hecho que disgustó a Mariano Benlliure por considerarlo una falta de respeto), que probablemente hizo que la obra se volviera a trasladar. Al parecer se guardó en el domicilio del escultor. Nuevos acondicionamientos en dicho teatro impidieron que volviera al foyer. Se iba perdiendo la memoria del ilustre tenor navarro.

Con ocasión de cantar Hipólito Lázaro la ópera La Favorita, veinticuatro de febrero de 1923, se celebró el acto de reposición del busto de Gayarre. Los artistas acudieron con flores a ofrecérselas a SM el Rey que las depositó ante la imagen del gran tenor. Al cierre del Teatro Real en noviembre de 1925, la comisión decidió restituir al escultor el busto de Gayarre, que fiel a sus ideas decidió entregárselo a la familia de Gayarre, probablemente a Valentín Gayarre, diputado a Cortes y senador, sobrino del cantante. Al fallecimiento de José Joaquín Herrero en 1944, viudo de Fermina Gayarre desde 1912, y habiendo fallecido también Valentín en 1938, los hijos de Fermina, María Luisa y Fernando Herrero Gayarre, levantaron la casa de la calle Velázquez 11 y encargaron al escultor don Fructuoso Orduna, también de Roncal y discípulo de Benlliure, se hiciera cargo de enviar al Ayuntamiento de Pamplona el citado busto. La familia sugirió que el Busto se exhibiera en el Teatro Gayarre para disfrute de todos los navarros. Detallamos a continuación el contenido de dicha Acta de la Comisión Permanente Municipal sobre el particular: …“se da cuenta de la carta de don Fructuoso Orduna, participando ha enviado al Ayuntamiento el busto de Gayarre, que regalan los señores don Fernando y doña María Luisa Herrero, importando el total de gastos de embalaje y facturación, etcétera, la cantidad de 143,45 pesetas. Se acuerda:

1º- Girar a don Fructuoso Orduna el importe de 143,45 pesetas, que acredita por gastos de embalaje y facturación, agradeciéndole sus atenciones.

2º- Expresar a don Fernando y a doña María Luisa Herrero el vivo agradecimiento del Ayuntamiento por la atención tenida al donar a la ciudad el busto en bronce del gran tenor navarro don Julián Gayarre, obra del ilustre artista Mariano Benlliure.

3º- Aplazar el señalamiento del lugar en que haya de colocarse el busto de don Julián Gayarre, en el Teatro que lleva su nombre...”.

Quedaba por aclarar cómo el busto de Gayarre había acabado luciendo en un despacho de la antigua Diputación. Según nos han contado el pasado año en el Archivo Municipal, inicialmente el busto fue a parar al Conservatorio de Música de Pamplona junto al legado de Sarasate y también junto al piano de Hilarión Eslava. Es fácil imaginar que las consideraciones de seguridad y obras a realizar en el Teatro Gayarre hicieron descartar la colocación del busto en dicho teatro. Con el tiempo decidieron que todo lo relacionado con los tres insignes músicos debería estar en el Museo de Navarra. A tal fin prepararon el traslado repartido en nueve bultos. En dicho traslado se debieron extraviar dos de los mismos. En uno de ellos se encontraba el Busto de Gayarre. Alguien decidió llevarlo a la Diputación, sede actual del Gobierno de Navarra, donde sigue, en un lugar no abierto al público, cuando los pamploneses se merecen que se exhiba en un lugar apropiado para el disfrute del común de los ciudadanos, cosa harto lógica, opinamos. ¿Comprenden, a la vista de lo expuesto, la pregunta que nos hacíamos en el titular? ¿Han encontrado la respuesta?