l pasado 12 de marzo, dos días antes de que se decretase el estado de alarma para la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por la covid-19, el Parlamento de Navarra aprobaba por unanimidad una moción presentada por el grupo parlamentario socialista en la que se instaba al Gobierno de Navarra, por un lado, a profundizar en los diferentes modelos de convivencia intergeneracional, en base al documento elaborado por el Observatorio de la Realidad Social desarrollando proyectos piloto en los diferentes modelos, y por otro lado, a que dichas iniciativas se desarrollasen en diferentes puntos de la Comunidad Foral contando para ello con las entidades locales, asociaciones y colectivos directamente relacionados con las y los jóvenes y las personas mayores.

Cerca de 70.000 personas, mayores de 65 años, viven solas en Navarra. En diez años, más del 30% de los hogares navarros será unipersonal. La soledad, en general y en las personas mayores en particular se ha convertido en un problema de primer orden, problema que la pandemia actual no ha hecho más que reflejar con toda su crudeza. A las consecuencias psicológicas que tiene la soledad no elegida, se suma la situación de precariedad económica en la que vive un número importante de personas mayores, especialmente mujeres, con pensiones bajas y dificultades para llegar a fin de mes. Aflora, además, una circunstancia común en la mayoría de países europeos, el habitar viviendas en propiedad, que se han quedado grandes, y en condiciones de accesibilidad y habitabilidad en muchas ocasiones precarias. En el reverso de las personas mayores, tenemos una población joven deseosa de aportar, de adelantar su emancipación familiar y de adquirir autonomía plena como personas adultas.

Como representantes públicos tenemos la obligación y la responsabilidad de articular políticas que den respuesta a las necesidades planteadas por la ciudadanía y eso es lo que pretendemos con la propuesta de poner en marcha diferentes modelos de convivencia intergeneracional. Así, damos una salida a las miles de personas que viven solas en casas, a esas alturas de su vida, demasiado grandes, demasiado caras de mantener y, por otro lado, damos a las y los jóvenes una respuesta habitacional acorde a sus necesidades laborales, formativas o simplemente vitales.

En Navarra ya tenemos una experiencia piloto y una evaluación en uno de los modelos de alojamiento intergeneracional: el de cohabitación intergeneracional, pero es necesario trabajar para profundizar en otros modelos existentes. El más conocido como cohousing: alojamiento autogestionado o vivienda colaborativa intergeneracional, definido como un grupo de apartamentos privados completos que cuentan con espacios y/o servicios comunes compartidos por las personas residentes que están basados en sistemas de organización interna horizontales que fomentan la colaboración interna para la consecución de los objetivos. Supone la existencia de una personalidad jurídica o formal para el colectivo, un modo de gestión específica y una soberanía vecinal en la toma de decisiones, como ocurre en países como Alemania o Dinamarca.

Experiencias intergeneracionales en viviendas sociales, tenemos ejemplos en Francia, Canadá o Bélgica. Residencias intergeneracionales: modelo que se está extendiendo en países como Alemania. Son espacios donde diferentes generaciones se unen, comparten espacios y, puntualmente, se ayudan unas a otras. Las áreas comunes suelen estar rodeadas de espacios verdes y en el entorno se ofrecen diversos servicios y actividades: centros sociales para mayores, servicios de apoyo a la crianza, actividades deportivas y culturales€

Recientemente el Gobierno de Navarra, a través del director de Administración Local anunciaba el impulso de un sistema pionero en España de bonos de impacto social (BIS), que permitirá financiar intervenciones innovadoras que solucionen problemas sociales concretos. Entre las líneas de acción planteadas, que enlazan con las bases del Plan Reactivar Navarra/Nafarroa Suspertu 2020-2023, se van a impulsar y poner en marcha 14 iniciativas concretas de emprendimiento e innovación social. En materia de vivienda establecerán iniciativas de coliving y de cohousing intergeneracional, a partir de la reactivación y reuso del parque construido.

Nadie tiene una varita mágica. Poner en marcha el modelo de convivencia, en toda la Comunidad Foral de Navarra, requiere el esfuerzo de todas las consejerías del Gobierno de Navarra implicadas, así como de la Federación Navarra de Municipios y Concejos y los representantes de los colectivos afectados. Es así como las y los socialistas entendemos la manera de hacer política con medidas que tengan como centro a las personas, con independencia de donde vivan. Políticas que garanticen la cohesión social y también la cohesión territorial.

La situación actual no ha hecho más que evidenciar la necesidad, si no la obligación de estas políticas. Tenemos una oportunidad de oro para salir fortalecidos como sociedad, sumando perspectivas diferentes para llegar a lo que nos une: que nadie se quede atrás.

La autora es parlamentaria del PSN-PSOE