a Estrategia Foral de Juventud 2020 - 2023 es el documento, aprobado en noviembre por el Gobierno de Navarra, en el que se analiza la situación de la población joven y se recogen las directrices que han de regir el desarrollo de las políticas públicas de juventud. Supone una aproximación institucional a la situación actual que viven las y los jóvenes marcada por la pandemia, y su propósito no es sólo cumplir con unos objetivos, sino dar una respuesta transformadora ante el agotamiento que depara el actual modelo social y económico. Sin duda, las políticas juveniles deben tener una conciencia crítica y transformadora a partir de las propias prácticas sociales de las personas jóvenes.

En base a dichas directrices, desde el Ejecutivo foral acabamos de aprobar el III Plan de Juventud de Navarra 2021-2023, un importante documento que traduce a 140 actuaciones y medidas concretas los objetivos marcados en la Estrategia Foral de Juventud, y que para este ejercicio de 2021 recoge inversiones en torno a 54 millones de euros en las diferentes políticas dirigidas a la población joven en Navarra.

En total se plantean 30 objetivos específicos a conseguir mediante la ejecución de estas 140 acciones organizadas en 16 áreas de trabajo como son, por ejemplo: convivencia, género, voluntariado, política lingüística, ocio y tiempo libre, vivienda, empleo e incorporación laboral, cultura, deporte, la corresponsabilidad o la sostenibilidad de la vida.

El documento reflexiona en torno a tres ejes estructurales. El primero de ellos, denominado Auzolan, incluye esa dimensión a caballo entre la propia trayectoria personal y la colectiva, la socialización. El segundo se dedica a la Emancipación, y busca promover la autonomía socioeconómica de las personas jóvenes, en condiciones de igualdad de oportunidades. El tercer eje, Horizonte, recoge aspectos relativos a formas de vida y hábitos que condicionan en buena medida la evolución de la trayectoria personal. Asimismo, contiene elementos vertebradores como el feminismo, apostando por la transformación social basada en la igualdad en todos los ámbitos de la vida. Además, incentiva el reconocimiento de la diversidad que caracteriza a la juventud como elemento impulsor. Por otro lado, el proceso de Diálogo con la Juventud enmarca de manera específica la participación en el proceso de elaboración y desarrollo de la misma. También, aporta una visión integral, ya que pretende ordenar todos aquellos recursos y actuaciones relacionadas con la vida de las personas jóvenes asumiendo una concepción cada vez más transversal entre administraciones, entidades y vinculada al territorio.

Estas líneas de trabajo fueron objeto de debate en las primeras jornadas que sobre políticas públicas de juventud organizamos en diciembre y que, bajo el prisma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos ayudaron a poner en relación el proceso de elaboración del III Plan de Juventud con la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Por eso, para lograr que las políticas de juventud tengan un impacto real y sostenible en la sociedad, destacamos la necesidad de poner a la juventud en el centro de las acciones y los logros que queremos alcanzar en la materia, reconociendo a las personas jóvenes como un recurso de la sociedad y su inclusión en el desarrollo social, económico y ambiental regional. Así pues, buscamos alianzas para fomentar la cooperación entre los agentes implicados en las políticas juveniles para un abordaje integral y efectivo de las mismas. La propia realidad de un mundo en cambio, dinámica, incierta y sujeta a incidencias de todo tipo, así nos lo reclama.

En definitiva, la situación de la población joven nos viene a pedir que se intensifiquen las políticas de juventud en el horizonte 2023. De ahí, la importante labor de planificación estratégica realizada en una apuesta por hacer patente el valor de la juventud en la sociedad. Es más, me atrevo a decir que el objetivo de este Plan no es solo tratar de integrar socialmente a las y los jóvenes, sino que la propia sociedad se haga eco de las aportaciones de la juventud y la cultura juvenil.

El autor es director gerente del Instituto Navarro de la Juventud