urante los últimos años, desde Proyecto Hombre se ha apostado por un abordaje desde la perspectiva de género, con el objetivo de incluirlo en la especificidad de nuestros programas. En el caso de las mujeres que acuden a tratamiento, hemos diseñado un itinerario dirigido a ellas, mediante la formación en perspectiva de género de nuestro personal profesional y la adecuación de nuestros programas, dado que en las adicciones, ellas también parten con desventaja. Sin embargo, cabe destacar que la mayoría de las personas que acuden como apoyo para quien hace el programa, en su mayoría hombres, son mujeres. Por ello, aprovechando la señalada fecha del 8 de marzo, queremos visibilizar a las mujeres cuidadoras que atendemos en nuestros recursos, las cuales pertenecen mayoritariamente al sistema familiar. Así pues, lo primero que queremos reconocer es que son una fuente de apoyo sólido y principal, y que muchas veces dicho apoyo hace que se perpetúe el rol de género que se asigna a las mujeres, al ser esto funcional de cara al tratamiento. Es por ello que esta realidad exige a los equipos terapéuticos una constante revisión de nuestras intervenciones y adecuación a todas las necesidades, no solo de quienes hacen el programa, sino también de quien es soporte y apoyo en gran parte del recorrido, de tal manera que en este objetivo que nos planteamos de que cada cual sea cada vez más quien es y desarrolle todo su potencial, las mujeres que acompañan y son puente y fuente de salud, lo sean primero para ellas mismas, cuidando el sesgo que aparece de centrarse en las necesidades de la otra persona antes que en las suyas. Otra cuestión que queremos reforzar es todo el tema de las necesidades de salud y autocuidado, porque sabemos que muchas veces este equilibrio entre cuidar y cuidarse resulta descompensado a favor del cuidar, y también sabemos que es muy complicado cuidar si no nos cuidamos primero a nosotras mismas.

Se trata, pues, de aplicar la perspectiva de género también para aquellas mujeres que deciden apoyar a su ser querido, de ofrecer un programa con el que poder dar una mejor respuesta ante la demanda de necesidades en los grupos de familia, y dada la constante mayoría de mujeres partícipes en éstos, poder abordar las dificultades y necesidades que presentan las mujeres cuidadoras, no solo como figura de apoyo, sino como mujeres en sí mismas. El programa recoge diversos objetivos específicos, enfocados a mejorar las prácticas de autoeficacia de las mujeres cuidadoras como una herramienta de empoderamiento. Entre los objetivos que se trabajan con ellas se encuentran el fomentar conductas de autocuidado, mejorar la autoestima, aprender herramientas de competencia personal y empoderamiento y mejorar las relaciones familiares. Como se ha anticipado, partimos del enfoque de género como herramienta metodológica aplicado al ámbito de la salud. A partir de este paradigma, es posible entender cómo incide esta estructuración social en la salud de las mujeres. Además, teniendo en cuenta el modelo emancipador de promoción de la salud, se pretende entender el malestar de las mujeres a través de los efectos que produce el lugar históricamente construido para ellas y favorecer el empoderamiento de éstas, ofreciéndoles la oportunidad de participar sobre los factores que afectan a su salud y bienestar.

Como conclusión, el presente programa tiene como objetivo más inmediato mejorar la intervención familiar, concretando la atención a las mujeres cuidadoras de las personas con problemas de adicción. Con esta propuesta, se pretende abordar la necesidad detectada en cuanto a introducir la perspectiva de género en las intervenciones familiares de Proyecto Hombre Navarra. Como objetivo distal, pretende mejorar los resultados en el tratamiento de las personas usuarias, en cuanto a las altas y bajas se refiere, mediante una comprensión desde el enfoque de género de las relaciones establecidas en la familia, en cuanto a las mujeres cuidadoras se refiere. Y haciendo referencia a esto último, cito a Ángela Davis a continuación: “Para entender cómo funciona cualquier sociedad debemos entender la relación entre los hombres y las mujeres”. Para finalizar, un día tan señalado como el Día de la mujer, nos parece importante realzar el valor de los cuidados y de las mujeres que lo ejercemos, dándonos voz y facilitando y normalizando nuestro propio autocuidado.

La autora es terapeuta de la Fundación Proyecto Hombre Navarra