El sábado pasado en el Parlamento de Navarra se conmemoró el 74 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos con un acto institucional no exento de una performance que alteró a más de uno y una.

Una persona encapuchada y disfrazada de policía secreta simuló la detención de un compañero que estaba leyendo un artículo en árabe, el presidente de la Cámara Unai Hualde y la parlamentaria foral Marisa de Simón intervinieron al desconocer que se trataba de una actuación. ¿Qué buscaban con esta performance? Denunciar las detenciones arbitrarias a personas migrantes o la tensión que se vive en una devolución en caliente.

Este domingo es el Día Mundial de la Persona Migrante y nos toca recordar de nuevo las arbitrariedades que sufren estas personas en muchas ocasiones muy cerca de nuestra casa. Algo que ocurre, entre otras cosas, por la Ley Mordaza todavía en vigor.

Fue a principios de noviembre de 2021. Entonces, el PSOE y Unidas Podemos pactaron un texto para la reforma de la Ley Mordaza con el que pretendían dar el empujón definitivo al alumbramiento de una nueva normativa.

Entonces anunciaron a bombo y platillo las líneas maestras de la reforma de la Ley Mordaza. Desde el principio, antes de la llegada de Sánchez al poder, las expulsiones en caliente (que fueron introducidas por el PP en la Ley de Seguridad Ciudadana) iban a salir de inmediato de esa normativa e iban a ser prohibidas. Había acuerdo entre todas las formaciones de la moción de censura y la investidura. El PSOE, después de que el Gobierno actual esté haciendo un uso masivo de esta figura (como el pasado 24 de junio tras la tragedia de la valla de Melilla), ahora simplemente aboga por aumentar las garantías de esas deportaciones exprés. Es una herramienta que le viene bien a Sánchez pero, desde luego, muestra una visión poco humanista para abordar algo tan complejo. Por cierto, sabemos que EAJ-PNV va a anunciar nuevos textos para desatascar la situación con la Ley de Seguridad Ciudadana.

A esta falta de humanidad con las devoluciones en caliente le podemos sumar actuaciones como la de la valla de Melilla y la falta de información y transparencia posterior.

Primero, todos los grupos denunciaron la falta de información (la no visualización de los vídeos) en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. Una vez que, fruto de la presión, Marlaska cedió y se visualizaron, varios grupos concluyeron que los vídeos de Melilla entraban en contradicción con las versiones del ministro del Interior.

Los vídeos de la tragedia de Melilla del 24 de junio contradicen la versión de Fernando Grande-Marlaska, sobre que no hubo “hechos trágicos” del lado español, por lo que ninguno, ni siquiera el PP o Ciudadanos, descartan pedir una investigación parlamentaria en la Cámara Baja. Caben dudas razonables sobre lo que realmente ocurrió en territorio español. Unos hechos así de graves no pueden volver a repetirse. Tampoco deben repetirse unas declaraciones como aquel “bien resuelto” de Pedro Sánchez sobre estos sucesos donde murieron decenas de inmigrantes subsaharianos en busca de una vida mejor.

Problemas que, por otro lado, no vienen de lejos. Ya en el año 2018 los senadores de Compromís y PNV, Carles Mulet y Jokin Bildarratz, respectivamente, exigieron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el fin de las devoluciones en caliente, el fin de las detenciones de inmigrantes en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y la retirada de las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla. Todavía vemos cómo algunos problemas persisten y cómo falta definir una política más clara y más humana en el trato a estas personas. Los derechos humanos deben prevalecer.

A veces no somos conscientes de la suerte que tenemos. Sé que lo he comentado otras veces, pero la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) contabiliza que el número de víctimas mortales en el Mediterráneo asciende a casi 15.000 personas y estima que por cada cuerpo recuperado hay dos que se pierden en el mar. Por esto también me quiero acordar y reconocer el trabajo de las embarcaciones de salvamento marítimo (de ONGDs) como el Aita Mari y agradecer el incansable esfuerzo que hacen por los derechos humanos.

Hoy, Día Mundial de las Personas Migrantes, me quiero acordar de todas las personas que, a pesar de las dificultades, llegaron de fuera y hoy están entre nosotros/as, conviviendo y construyendo un futuro común.

Inacio Gomes Mendes, nacido hace 24 años en Calequise (Guinea-Bisáu), pero residente en Navarra desde que tiene 14 años, ha sido el ganador del galardón que reconoce a aquellas personas de origen migrante “que se han destacado por representar los valores de convivencia y puesta en valor de la población de origen migrante que vive en Navarra”. El jurado ha destacado la actitud del joven y su trayectoria vital y la de su familia, que “son un ejemplo de compromiso e integración para nuestra comunidad”. Zorionak a Inacio y a toda su familia y, de paso, a todas las personas que como él son ejemplo de compromiso en un día como hoy.

*El autor es concejal de Geroa Bai en Zizur Mayor y Burukide de EAJ-PNV Nafarroa