La erótica del ovillo
Hoy mi vida oscila entre dos pasiones, la naturaleza y la escritura. Estas vacaciones elegí viajar a las Bardenas y dejé en Pamplona un taller de escritura. Siempre tenemos que elegir entre los deseos, y parece que también entre las palabras que elegimos para nombrarlos. Yo deseaba ir a un evento, taller de literatura erótica. Una actividad sugerente que durante mi viaje perdió la subvención del Ayuntamiento de Iruña. La pérdida de apoyo económico se sostenía en una razón enigmática pero velada, la elección de la palabra erótica.
Volví de las Bardenas con una mirada panorámica y una actitud relajada, muy favorecedora para la reflexión. Necesitaba entender una acción tan injusta. Me senté con mi ovillo de pensamiento. El primer tirón de hilo fue buscar la definición de la palabra erótica en wikipodium: atracción placentera que una circunstancia o un fenómeno ejerce sobre una persona. Ejemplo: “la erótica del poder”. El entrecomillado me ayudó a desenredar un gran enredo del ovillo reflexivo, pero provocó que un nudo de ira anidara en mi estómago. Y empecé a versear palabras terminadas en ca. Me tropecé con las primeras palabras más manoseadas: política, retórica, ética, réplica, picaresca y patriarca. Y el hilo desanudó también palabras asociadas a lo femenino: doméstica, histérica, problemática, urraca, irónica y dramática. Tiré del hilo y salieron otras palabras vivaces: fantástica, biográfica, orgásmica y pletórica. Y también se desenredaron por fin otras palabras acabadas en co: enigmático, pornográfico y dogmático. El ovillo había ganado en velocidad kilométrica y me costaba que no se me escapara de entre mis manos.
De repente, apareció una palabra que no acababa en ca, sino en ero. De nuevo wikipodium respondió: lugar donde abunda o se deposita algo. Hormiguero, basurero, estercolero. Mi ovillo se ensució. Aunque ero proviene del verbo latino sum, así que por fin encontré el centro de mi ovillo. Mi poética femenina reflejada en el verbo sum: tener existencia física, ser real, poderse, existir como posibilidad, estar presente. El ovillo con el que un técnico o técnica del ayuntamiento pretendía tejer un tapaboca bordó una de las palabras más bonitas de la lengua materna terminada en ca: nunca.
Después de tanta reflexión entiendo la potencialidad de la palabra erótica. Me propongo conjugarla, escribirla, divulgarla y practicarla semanalmente. Y así los ovillos se irán desenredando y tejeremos el mundo de infinitas palabras en convivencia pacífica: armónica, tóxica, magnífica, colérica, ecológica, burocrática, épica, impúdica, orgánica …
Y para terminar, zorionak a Ana Jaka, poeta y narradora, que se mantuvo en el proyecto. Una mujer que nos convoca con su apellido a una erotika de la resistencia.